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Una crisis puede ser un momento determinante en la vida de una organización, dado que representa una grave amenaza para sus objetivos estratégicos, su reputación y la sostenibilidad del proyecto empresarial. Así pues, la capacidad de liderar en un momento de crisis debe convertirse en una competencia primordial tanto para los altos ejecutivos como para las Juntas Directivas. Esta habilidad se desarrolla no sólo mediante la experiencia, sino también a través de la planificación previa, la capacitación y la simulación de situaciones de riesgo que ayuden a la organización a superar futuras crisis y salir reforzada.

No hay nada que pueda sustituir al liderazgo de la Junta Directiva antes, durante y después de una crisis. La participación de la Alta Dirección es vital para asegurar una respuesta efectiva y su papel es decisivo en el apoyo al Comité de Gestión de Crisis para mitigar el daño y alcance de los impactos en la organización.

Sin embargo, aunque un amplio número de miembros del Consejo se siente preparado ante una situación de crisis, hay pocas evidencias que indiquen que muchos de ellos lo estén realmente. Más de tres cuartas partes de los miembros del Consejo (76 %) piensan que sus compañías responderían de forma efectiva si una crisis golpeara mañana, según un reciente estudio llevado a cabo por Deloitte, entre más de 300 miembros de diferentes Juntas Directiva de grandes compañías, representantes de las principales industrias y regiones geográficas. Asimismo, sólo el 49 % de los encuestados afirma que sus empresas posean manuales para posibles escenarios de crisis y sólo la mitad ha declarado que los miembros del Consejo y la Gerencia tengan reuniones específicas sobre la prevención de crisis. Sin embargo, existen preocupaciones relevantes entre los órganos de gobierno, como el riesgo reputacional o el ataque cibernético, entre otros.

A la luz de estos resultados, es evidente que la sensibilización con respecto a la crisis, la preparación y la capacidad de adaptación deben ser temas centrales en las reuniones de la Junta. Aunque los directores ejecutivos sean los encargados de identificar los riesgos potenciales y estableces las acciones correctivas, el Consejo debe conocer su papel ante los diferentes escenarios y apoyar tanto a la Gerencia como al Comité de Auditoría interna. La comprensión de las potenciales amenazas que puedan dejar a una organización vulnerable a la crisis es importante, pero es igual de importante dar seguimiento a esa comprensión tomando medidas efectivas que fortalezcan los sistemas destinados a detectar y prevenir eventos negativos.

Impulsada por la velocidad del cambio económico, social y tecnológico, la vulnerabilidad de las corporaciones al riesgo está aumentando, debido a factores como las operaciones lean en un mundo de sistemas just in time (JIT) y un entorno operativo cada vez más global. En este contexto, es vital que las Juntas Directivas, en estrecha colaboración con la Dirección, construyan y fortalezcan su competencia en la preparación y la gestión eficaz de las crisis.