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Cuando pensamos en las palabras “Alto Rendimiento”, inmediatamente vienen a la mente deportistas de élite que se encuentran en ese nivel y es verdad que consiguen ese alto rendimiento porque además del Talento que tienen definiéndolo como una mezcla de Aptitudes, Competencias, Conocimientos, Actitudes, Compromiso a través de cuatro energías principales (física, mental, emocional y de valores) lo ponen en práctica en el Contexto, siendo éste último clave, ya que ahí se ve la capacidad para anticiparse a situaciones y a las circunstancias que se muestran en la vida personal y profesional. Es lo que se llama el “efecto Gretzky” en honor al jugador de hockey sobre hielo que no iba donde estaba el disco, sino donde iba a estar.

Cuando nos fijamos en esas personas que consiguen resultados extraordinarios, nos quedamos perplejos por sus éxitos, sin tener en cuenta que el éxito es como un cisne que se compone de dos partes. La que todo el mundo ve realmente, la bella, la que sobresale cuando lo vemos nadar en un lago. Pero ésa es solo la mitad de la realidad. Bajo esa figura flotante está la parte sumergida: aquella en la que nadie repara. Esa parte son las patas. Mientras todos contemplan la tranquilidad del cisne, bajo el agua sus patas no dejan de agitarse y patalear. Ése es el motor de su éxito y el que lo ha traido hasta dónde está y en el que habría que fijarse con atención. Por ello, la próxima vez que te encuentres a una persona de éxito trata de que aparezca en tu mente la imagen no de su belleza y cuello, sino la de sus patas agitándose, y en lugar de admirar o incluso recelar del éxito de esa persona, piensa en los cientos, tal vez miles de horas que tuvo que trabajar para llegar hasta ahí. Bruce Lee decía “No temo al que practica 10.000 tipos de patadas, sino al que ha practicado una patada 10.000 veces”. La pregunta no es… ¿sería yo capaz de disfrutar de su mismo éxito?, sino… ¿sería yo capaz de realizar su mismo esfuerzo y estaría dispuesto a hacer todo lo necesario para llegar a ese punto? No admires su éxito, admira su esfuerzo. Lo primero sólo te empuja a anhelar. Lo segundo te empuja a superarte. Como dijo Woody Allen, me ha costado 40 años conseguir el éxito de la noche a la mañana.

Pero entonces, ¿cómo trasladamos el esfuerzo individual a una organización para que ésta se transforme en una de alto rendimiento? ¿qué hacen? Son capaces de diseñar estrategias ganadoras, consiguen los objetivos que previamente han definido perfectamente, los procesos a lo largo de toda la cadena de valor son muy fluidos, siempre están adaptándose a las necesidades del mercado, porque todo gira alrededor del cliente, los recursos de que disponen los gestionan eficientemente y lo más importante disponen de equipos comprometidos, ilusionados, motivados y coordinados.

Estas organizaciones trabajan en primer lugar con los miembros del primer nivel directivo y ejecutivo porque son ellos y ellas con su saber hacer y su modo de comportarse los que dejan huella en sus equipos respectivos y los transforman también en equipos de alto rendimiento. En esos directivos y ejecutivos durante un largo tiempo, no es cuestión de un día, se trabaja el espíritu de equipo, habilidades de management claves como son la gestión del tiempo, la negociación, la delegación de funciones, el liderazgo participativo, el desarrollo de la inteligencia emocional y social, la resolución de conflictos, la capacidad para afrontar riesgos, superar la adversidad y tomar decisiones y hasta cómo deben hablar en público; también saben que sus equipos deben evolucionar y hay una continua evaluación del desempeño, con claros indicadores de control desde diferentes perspectivas (aprendizaje y crecimiento, procesos, cliente y mercado, financiera) pero lo más importante, hay una gran coherencia entre sus palabras, sus visiones y sus acciones que van orientadas a la consecución de la estrategia que previamente se ha definido. Por supuesto la formación es clave en este proceso de transformación, y debe ser una formación de vanguardia basada en programación neurolingüística, coaching y neurociencia. Como decía Francis Bacon “Para conseguir resultados nunca obtenidos hay que utilizar métodos nunca antes practicados”

No es necesario decir qué ventajas obtienen las organizaciones de alto rendimiento, pero te puedes imaginar, querido lector, algunas como reducción de costes, mayores beneficios y rentabilidades, incremento en la calidad y en la excelencia y lo más importante Satisfacción del Cliente que es por el que todos debemos trabajar y tiene sentido el trabajo de cualquier departamento de una organización.

Todos tenemos Talento, analiza seriamente lo que te hace disfrutar, cuál es tu pasión, porque ahí se encuentra la semilla y tu verdadero talento. Ya decía Confucio “Busca un trabajo que te apasione y no trabajarás ni un solo día”. Una vez que hayas encontrado el talento, que no es fácil, porque escaso es el talento pero más escaso y fino es el talento para encontrar a los talentosos, desarróllalo, trabaja, persiste, persevera e imprime en tus equipos si los tienes o cuando los tengas en un futuro, la semilla del Esfuerzo y la mentalidad de mejora continua con una siempre insatisfacción constructiva. Estarás construyendo tu propia organización de alto rendimiento y hasta si te lo propones una organización emocionalmente inteligente.

Carmelo Sierra Sierra fundador y director de Sierra Consulting