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Con la llegada de la robotización, el mercado laboral ha sufrido un punto de inflexión. La incertidumbre ante la posibilidad de sustituir determinados perfiles por robots y un consecuente aumento del desempleo ha generado una percepción negativa de la llegada a las compañías de determinadas tecnologías. Pero ¿y si los robots fuesen buenos compañeros de trabajo?

En primer lugar, es importante distinguir los niveles de robotización que puede implantar una compañía en la actualidad. En un primer nivel se sitúa la robotización de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), que permite realizar de forma automática procesos convenientemente estructurados y que por ejemplo, reduciría a unos segundos tareas que en la actualidad llevan entre 20 y 30 minutos, como la introducción y tratamiento de datos.

En segundo lugar se encuentra el denominado Machine Learning, que incorpora capacidades de aprendizaje: el software aprende a detectar problemas y resolviendo mediante el aprendizaje de lenguaje natural y variables de contexto. En el nivel más avanzado, la tecnología cognitiva, los robots pueden tomar decisiones a partir de datos desestructurados.

De este modo, algunos trabajadores que realizan tareas mecánicas temen verse expulsados del mercado laboral para ser sustituidos por máquinas. Pero muchos expertos hacen hincapié en los aspectos positivos de la incorporación de nuevas tecnologías. “La tecnología funciona, por lo que las empresas deben abordarlo de forma positiva”, sostiene Belén Díaz, socia de Función Financiera y People & Change en el área de Management Consulting de KPMG en España.

“Es cierto que se produce un cambio de paradigma en el mercado laboral”, afirma Díaz, que hace referencia a que en unos años “será impensable que los trabajadores realicen procesos que pueden hacer robots”. Las compañías deberán hacer un esfuerzo de captación y retención del talento, reubicando determinados perfiles, mientras que los trabajadores pasarán a realizar operaciones con un mayor nivel de dificultad y menos mecánicas.

“La implantación de la robótica permitirá liberar espacio mental y tiempo a los trabajadores. Es un cambio que en la actualidad puede parecer una amenaza pero trae consigo oportunidades”, asegura Díaz. Bajo esta premisa, la convivencia entre los seres humanos y los robots en las compañías será sencilla y tendrá aspectos positivos en la carrera laboral de los trabajadores.

“Se debe tener en cuenta que todo lo que implique el uso de pensamiento crítico es complicado que lo haga un robot”, explica en la misma línea Jaume Clotet, socio responsable de Servicios Digitales de KPMG en España. Además, recuerda que la transformación de las compañías no solo pasa por la incorporación de nuevas tecnologías, sino por “la gestión del cambio”, que incluiría la reubicación y adaptación de los trabajadores.

Por su parte, Ramón Cañete, socio responsable de Transformación de KPMG en España, recuerda que la llegada de los robots a las compañías también pondrá en valor los trabajos que impliquen la interacción con personas. “Habrá una revolución en el mercado laboral, pero no se perderán el 100% de los puestos de trabajo considerados low profile”, asegura.

Patricia Alfaro