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El sector turístico en España sigue batiendo records históricos, tan solo hasta el mes de julio ya nos han visitado más de 36 millones de turistas, un 11,6% más que el año pasado según la encuesta Frontur. Evidentemente es una excelente noticia para los hoteleros, restaurantes y para el sector del ocio en general.

Sin embargo, cabe preguntarse si estamos aprovechando todo ese potencial turístico para otros sub-sectores en crecimiento como puede ser el turismo de salud en España. Entendiendo este tipo de turismo como el proceso por el cual una persona viaja a un país diferente a aquel en el que reside con el objetivo principal o secundario de recibir servicios de salud independientemente del marco de provisión de los servicios que podrán ser médicos o wellness.

Si analizamos las comunidades que más se han visto beneficiadas por este aluvión de turistas, encontramos a Cataluña con 8,6 millones, seguido de Canarias con 6,9 millones, Baleares con 5,4 millones y finalmente Andalucía con 5,2 millones de turistas. Estas cuatro comunidades autónomas disponen de reconocidos centros y grupos hospitalarios privados que ya tienen cierta experiencia en la gestión del turismo médico.

Este sector, que crece a ritmos del 20% cada 2 años, ya representa un mercado superior a los 11.000 millones de dólares en el mundo, de los cuales un 45% se centralizan en Europa. Sin embargo, en España sigue siendo todavía un mercado con mucho recorrido y con un gran potencial económico. Hecho que contrasta con los datos de turistas que recibe nuestro país en los últimos años.

Un país que recibió el año pasado más de 75 millones de turistas y que lleva un ritmo de superar con creces esa cifra debería poder explotar con mayor éxito el turismo de salud. Aunque para ello es necesario que trabajen de forma coordinada el tejido empresarial y las administraciones, buscando alianzas estratégicas que permitan generar un beneficio para todos los implicados.

Un esfuerzo que merece la pena ya que disponemos de todos los elementos necesarios para explotar este nicho: una sanidad privada de primer nivel, un clima que favorece la captación de estos tipos de clientes, unas comunicaciones de primer nivel y un volumen de turistas naturales que son susceptibles de ser consumidores de estos servicios o prescriptores de los mismos.

Aunque existen buenas prácticas en algunos centros o clusters sanitarios en nuestro país, la falta de objetivos comunes, las dificultades actuales de la colaboración público-privada y la falta de inversión está provocando un desaprovechamiento de un sector que en otros países ya representa un motor económico.