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El Coronavirus (COVID19) ha sembrado el pánico en personas y organizaciones. La situación se ha agravado especialmente esta semana desde que la OMS ha declarado la condición de Pandemia.

Si hay algo importante en momentos de este tipo es evitar que la preocupación se convierta en terror y desasosiego. La preocupación nos lleva a tomar decisiones conscientes, nos mueve. El pánico nos paraliza o nos hace huir de modo errático, absurdo y desproporcionado.

A mis 55 años, desde una experiencia ya de más de 30 años, creo que el papel de la Dirección en procesos de este tipo es clave. Hay que comunicar la verdad y los empleados deben conocer los riesgos a los que se enfrentan, no son niños. Pero hay que evitar sembrar el pánico. La calma y la serenidad resultan fundamentales y constituyen un signo de madurez, que permite ver el cuadro completo saliéndose del marco.

En ADELANTTA nos estamos viendo muy afectados por la situación. Ni que decir tiene que todas las formaciones presenciales de marzo y abril que nos habían contratado nuestros clientes han sido canceladas.

Esto me ha hecho está reflexionar mucho sobre cual debe ser mi actitud como Directivo en una situación de este tipo y cuales son las 5 claves fundamentales en este momento.

En mi humildísima opinión, se debe:

1) Disponer de información de calidad, no manipulada y creíble

No nos debemos olvidar de la importancia de la calidad de la fuente. El circo que están montando los medios de comunicación en este momento no es la mejor guía. El sensacionalismo al que tan habituados están algunos juega una mala pasada en esta circunstancia, incrementando la ansiedad de nuestros colaboradores y la nuestra. Si hacemos caso a los medios, nuestras decisiones van a estar mal tomadas.

Lo mejor es atender solamente a las recomendaciones de la OMS y a las de las autoridades en materia de salud de cada país, aunque las segundas hay que mirarlas con ojo critico por su politización.

En cuestiones laborales o mercantiles, hay que asegurarse de acudir a profesionales expertos. Los paquetes de medidas que se están aprobando llevan su correlato en derecho, pero a menudo con un rango legal dudoso. No es verdad todo lo que los gobiernos venden que van a hacer para paliar los efectos de la crisis y, en la mayoría de los casos, la letra pequeña hará que no sean de aplicación en nuestra empresa.

2) Comuniquemos con claridad y en exceso

Estamos ante un escenario en el que es mejor que el Directivo aporte exceso de información que silencio. Es el momento de ser transparente y de decir con claridad que no tenemos todas las respuestas ni sabemos que es exactamente lo que va a pasar. Hasta donde yo sé, no hay Gurús del Coronavirus.

Esta comunicación debe crear, en la medida de lo posible, un entorno seguro. Resulta clave que nuestros trabajadores vean que no vamos a tomar decisiones precipitadas, que facilitaremos el teletrabajo si es necesario o dejarles claro que podrán coger una baja sin consecuencia alguna si se encuentran enfermos. Estamos en un contexto en que el empleado tampoco sabe muy bien cual debe ser su posición. Esta asustado en muchos casos, pero no quiere dejar de demostrar su compromiso con la empresa.

En las grandes compañías es conveniente la elaboración de una guía de procedimiento o protocolo específico y ofrecer a los empleados información/formación higiénico-sanitaria y de prevención. Deben ser partícipes de medidas preventivas y colaborar de modo general a que el sistema sanitario no se colapse.

3) Hacer que tus empleados se sientan libres de ayudar y aportar

Muchas personas quieren ayudar pero no se atreven. Si realmente somos líderes, debemos hacerles verle que estamos abiertos a sus sugerencias, ideas y cualquier alternativa válida que puedan sugerir. En no pocas ocasiones los empleados podrán proponer medidas validas en derecho para ayudar a paliar la situación, si hemos sido francos y honestos en nuestro proceso de gestión.

4) Aprovechar este período para mejorar otras cuestiones

Vivimos en un mundo donde lo que importan son los resultados a corto plazo. Es cierto que puede ser necesario presentar un ERTE o abordar un proceso de reducción de costes de cualquier otro modo. Pero también es verdad qué ante la ralentización causada por esta crisis, tenemos un cierto tiempo para pensar como podría mejorar la aportación de valor nuestra empresa, que cosas podemos hacer para estar en mejor posición cuando todo esto pase e, incluso, para ser creativos o plantear nuevas alternativas en el negocio.

Es el momento de ponerse con aquello que nunca se hace porque la cuenta de explotación a corto plazo presiona, estamos siempre escasos de recursos humanos y, como decían nuestros padres, no hay tiempo material para hacerlo.

5 Aprender para futuras crisis, no será la última

Todo lo que aprendamos en cuanto a políticas y formas de actuación nos ayudará a enfrentar otras crisis en el futuro, seguramente de menor gravedad que la actual del Covid-19 Espero no haber aburrido con mis reflexiones y que sean de utilidad. Aprendamos sobre la comunicación en esta situación, sobre las decisiones lentas o precipitadas, sobre la reacción de las personas, sobre reorganización o sobre la viralidad del miedo, que es aún mayor que la del virus.

Estoy convencido de que todo esto pasará y saldremos fortalecidos.

Un saludo a todos y ahora, me pongo a seguir trabajando …

Juan Carlos Sánchez Rodríguez

CEO