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El talento es uno de los activos más valiosos de las compañías. Prueba de ello es que el 15% de las empresas españolas sitúan este punto entre sus prioridades estratégicas para los próximos 12 meses, según el informe Perspectivas España 2017, elaborado por KPMG y la OCDE. Pero, para atraerlo, las compañías deben tener claro qué ofrecer a unos jóvenes cada vez más preparados y, como consecuencia, más informados y exigentes.

“Muchas empresas se centran en ofrecer una carrera profesional, formación y salario”, explica Esther Fernández, head of Recruitment & Global Mobility de KPMG en España. Y los jóvenes ya no dan tanta importancia a estas cuestiones: casi 8 de cada 10 prefieren trabajar en una empresa que tenga un “firme propósito” a una en la que le ofrezcan un salario elevado, según las conclusiones de la encuesta elaborada por KPMG.

Además, el 92% de los jóvenes encuestados considera “muy importante” a la hora de elegir su primer empleo que la compañía ofrezca una “visión apasionante”, mientras que el 89% quiere formar parte de una empresa que marque una diferencia positiva en el mundo. Se pone de manifiesto cómo el propósito ya no es una herramienta más de comunicación, sino una característica indispensable que puede permitir marcar la diferencia.

Sin embargo, para que el propósito y los valores de una empresa actúen como catalizador para atraer el mejor talento, es necesario saber cómo comunicarlos. “El propósito de una empresa es difícil de contar, y luego existe el problema de que el candidato puede no creérselo”, sostiene Esther Fernández.

Para evitar este inconveniente, una opción es organizar experiencias que permitan a los jóvenes conocer a las empresas en persona. De esta forma, compartirán tiempo con los trabajadores, visitarán la compañía y se acercarán a su día a día. “Lo que más valoran los candidatos es compartir tiempo en la empresa: así comprueban si sus valores coinciden con los de la compañía y sus empleados”, indica Esther Fernández.

Antes de dar este paso, es indispensable que las empresas determinen sus propios valores y conozcan si éstos han calado en sus propios empleados. “En ocasiones es necesario hacer un trabajo interno para comprobar si los trabajadores viven los valores de la empresa, abordar la cultura interna de la compañía antes dar el paso de comunicarla”, afirma.

Lo mismo sucede con el concepto de empresas que marcan una diferencia positiva en el mundo, un aspecto muy valorado por los jóvenes. Las compañías cada vez emprenden más acciones de voluntariado y recursos para ayudar a la sociedad, que pueden dar a conocer a unos jóvenes cada vez más concienciados.

Retener el mejor talento

En este sentido, Esther Fernández advierte de que “además de atraer talento es importante retenerlo”. Para ello, las compañías deben ser consecuentes con su propósito y valores: no adaptarlos a lo que cree que los jóvenes quieren, sino apostar por la coherencia entre lo que se ofrece y la realidad.

Otro aspecto a tener en cuenta es cómo adaptar los procesos de selección y la comunicación de la empresa a unas demandas cambiantes. En este punto se hace imprescindible escuchar a los candidatos, proporcionando herramientas que les permitan expresarse. “Las empresas con un volumen alto de contratación tienen contacto con miles de jóvenes, y es importante escucharles y pedirles opinión”, afirma Esther Fernández.

“Las empresas deben dejar de lado lo que quieren y escuchar para tomar nota, y poder extraer conclusiones de candidatos asociados al perfil que buscan”, subraya. Las encuestas generales incluyen a todo tipo de jóvenes, por lo que no se obtiene un resultado concreto del colectivo que interesa a cada empresa.

De este modo, aprovechar los eventos para ofrecer un momento de intercambio de ideas permitirá conocer qué motivaciones mueven al talento que puede determinar el futuro de la compañía. “Es importante ofrecer un lugar a los jóvenes donde no cuenten lo que creen que la empresa quiere escuchar sino lo que piensan en realidad”, concluye Esther Fernández.