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La simulación de flujos de pasajeros será una de las claves para garantizar una correcta planificación en la vuelta al trabajo y evitar la formación de cuellos de botella

El coronavirus y las medidas aplicadas para mantener el "distanciamiento social" nos obliga a planificarnos mejor en nuestro día a día, lo que supone todo un reto en ciertas ocasiones. Un ejemplo de ello es cuando cogemos el ascensor especialmente en edificios de oficinas con muchos pisos o en rascacielos, en los que mantener la distancia social es muy complicado y optar por subir por las escaleras es poco viable. Dada esta situación, ¿cómo pueden los gestores de edificios evitar que los ascensores se conviertan en un cuello de botella cuando más y más personas regresen a la oficina y todavía deba mantenerse una distancia mínima?

Antes del coronavirus el número de personas que cogía el ascensor en hora punta ya era elevado y normalmente al límite de carga de la cabina. Sin embargo, cuando no convivíamos con el virus la distancia entre personas no suponía un problema, por lo que donde anteriormente cabía una docena, ahora con las nuevas medidas de seguridad solo pueden ocupar el espacio dos o tres personas. Esto evidentemente provoca frustración, malestar y estrés, especialmente cuando tienes que cumplir con tu horario laboral y llegar a tiempo a tu puesto de trabajo. Al final, el caos generado podría hacer inviable el uso del ascensor.

Una solución para evitar estas largas esperas y el caos es llevar a cabo una simulación y planificación de flujos de pasajeros para poder cumplir con las medidas de protección e higiene y minimizar o gestionar mejor así aglomeraciones en el hall o en las diferentes plantas del edificio.

En las fases de planificación y diseño de un edificio, la necesidad de ascensores se diseña de tal manera que el edificio pueda usarse de manera óptima. Para realizar una simulación de flujo de personas, hay que tener en cuenta características generales del edificio, el número de plantas, usos y horarios de ocupación. La simulación la realiza un experto en elevación con un software específico, que analiza e interpreta los datos generados para emitir una recomendación y plan al respecto.

En base al resultado de la simulación de los ascensores, se definirá el número óptimo, núcleos, carga útil y capacidad, situación, dimensiones, velocidad nominal, tecnología, etc. Este procedimiento en tiempos de COVID-19 puede revertirse fácilmente usando el mismo principio de simulación, pero a la inversa. La creación de un modelo resiliente sobre la base de la tasa de ocupación planificada de cada piso que permita cumplir con el distanciamiento social en el día a día de las oficinas nos dará respuesta a preguntas como ¿cuánto tiempo tenemos que esperar al ascensor?, ¿qué colas pueden formarse en el vestíbulo?, etc.

Para la realización de esta simulación “inversa” debemos considerar, con la mayor precisión posible, parámetros como tasas de teletrabajo, fases de inicio/retorno al edificio y obtendremos modelos fiables del tráfico de pasajeros de los ascensores (capacidad, tiempos de esperas, colas, etc.), adaptados exactamente a las necesidades de nuestro edificio. Con todo ello, podremos diseñar una estrategia para optimizar la tasa de ocupación del espacio de oficina (ratio de teletrabajo) cumpliendo las medidas de protección e higiene contra la propagación del coronavirus de acuerdo y haciendo un uso efectivo del edificio.

Ricardo Marcos, Business Development Manager, TÜV SÜD España y PortugalDavid Cisneros, Lift Consultancy Expert, TÜV SÜD España y Portugal