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Un director ejecutivo que organiza una fiesta lleva a sus ejecutivos de visita a su inmensa mansión. En la parte posterior, el CEO tiene la piscina más grande que jamás hayas visto. La enorme piscina, sin embargo, está llena de caimanes hambrientos. El CEO le dice a sus ejecutivos: “Creo que un ejecutivo debe medirse con coraje. El coraje es lo que me hizo CEO. Así que este es mi desafío para cada uno de vosotros: si alguien tiene el coraje suficiente para sumergirse en la piscina, nadar a través de esos caimanes y llegar al otro lado, le daré a esa persona todo lo que desee. ¡Mi trabajo, mi dinero, mi casa, cualquier cosa!”

Todos se ríen de la escandalosa oferta y siguen al CEO en la visita por la finca. De repente, escuchan un fuerte chapoteo. Todos se dan la vuelta y ven al CFO en la piscina, nadando por su vida. Esquivando a los caimanes de izquierda a derecha y llega al borde de la piscina con unos segundos de sobra. Consigue salir justo cuando un enorme caimán mordisquea sus zapatos.

El asombrado CEO se acerca al CFO y le dice: “Eres increíble. Nunca he visto nada igual en mi vida. Eres valiente más allá de toda medida, y todo lo que poseo es tuyo. Dime qué puedo hacer por ti”. El CFO, jadeando, mira hacia arriba y dice: “¡Dime quién diablos me empujó a la piscina!”.

No seas el que empujó.

Un CFO es un oficial corporativo principalmente responsable de administrar los riesgos financieros de la empresa. Las responsabilidades secundarias son la planificación financiera, el mantenimiento de registros y la presentación de informes financieros tanto a la alta gerencia como a la junta directiva.

Dada la descripción del trabajo, podrías pensar que “vender un backup” a un CFO es la cosa más fácil del mundo. Estarías equivocado. Algunos CFOs captan intuitivamente el vínculo de la protección de datos con la limitación del riesgo financiero para una empresa. Otros CFOs tienden a centrarse en minimizar costes, y ven la protección de datos como un gasto innecesario de un departamento informático que siempre está deseando gastar dinero en tecnología de la información.

Tradicionalmente, la forma en que los jefes de IT han tendido a “vender backups” es mediante el uso de la metáfora de seguros. La protección de datos, al igual que varias formas de seguro, es un gasto destinado a proteger a la corporación contra eventos previstos e imprevistos que podrían ponerla en peligro. Más formalmente, el seguro es una forma de gestión de riesgo financiero que se utiliza para protegerse contra el riesgo de una pérdida imprevista. Tenga en cuenta el término “gestión de riesgo financiero”. Es ese concepto el que hace que la metáfora del seguro sea tan atractiva, porque se alinea perfectamente con la responsabilidad principal del CFO.

Una de las razones principales por las que la metáfora del seguro es tan exitosa es debido a las graves consecuencias de la pérdida de datos. A continuación se recogen algunas estadísticas relacionadas con el impacto de la pérdida de datos en las empresas en general: