Consultoría & Consultores

En las dos anteriores entradas sobre Gestión del Cambio, hemos hablado de la estrategia, la planificación y la comunicación como factores relevantes a tener en cuenta. También de los instrumentos que debemos identificar en la denominada Fase de Arranque para tenerlos disponibles.

Ahora bien, ¿Qué ocurre con la Gestión del Cambio una vez desplegado éste? ¿Qué debemos hacer el día D tras las puesta en marcha? ¿El cambio seguirá un ritmo natural por sí solo? ¿Qué debemos controlar para que todo sea un éxito?

Una vez que la dirección de la organización decide iniciar un proceso de cambio TI, que se ha designado un Comité de Gestión del Cambio y un responsable de éste, que las distintas fases se han implementado, es el momento de seguir vigilantes, de crear potenciales cortafuegos ante posibles incidencias, de no bajar los brazos y darlo todo por hecho. La Gestión del Cambio implica que estemos alerta.

Si desde el arranque la comunicación desempeña un papel esencial, en la Fase de Seguimiento ésta cobra aún más peso. Ya que es el momento del feedback de la organización con los gestores y responsables del cambio.

Desde SICROM, y de forma coordinada con la organización, en esta etapa activamos controles e indicadores en un doble nivel: en el estratégico o global, y en el táctico-operativo, en la dinámica diaria o de detalle. De este modo, desplegamos un doble cinturón de seguridad, que nos permite garantizar la eficacia de las acciones de evaluación y seguimiento.

Una operativa que se concreta en:

- La retroalimentación con la organización y, en particular, con los actores más directamente implicados con la Gestión del Cambio, con el fin de testar la evolución del proceso de cambio.

- La evaluación permanente de los planes llevados a cabo.

- El diseño de acciones de refuerzo con el objetivo de activar posibles medidas correctoras, en caso de que sean necesarias.

Es decir, que SICROM desarrolla sistemas de control adicionales a los que el propio cliente pueda disponer para asegurar la correcta prestación del servicio. Ofreciendo un plus de seguridad en cada una de las acciones y pasos acometidos. Asegurando que el cambio TI cumple sus fines y objetivos.

De hecho, nuestros profesionales han diseñado en un entorno navegador, bajo el proyecto Open Source Redmine, una herramienta de reporting periódico de actividad, que permite de una manera simplificada poder reportar de manera sencilla la actividad desempeñada por cada uno de los profesionales dentro del servicio.

Así, pues, tras las tres reflexiones dedicadas en nuestro Blog a la Gestión del Cambio, podemos resumir que acometer un proceso de cambio de TI en las organizaciones es una decisión de importancia capital. En la mayoría de los casos, de gran exigencia técnica y profesional.

Mario Gallego Delgado