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Quizás el resultado más determinante de toda la información obtenida sea que el 90% de los encuestados considere imprescindible la transformación digital de la empresa en la que trabaja, pero que únicamente un 2% de las compañías puedan dar por completado su proceso de digitalización. Cabe destacar que la unanimidad en dicha consideración se ha obtenido sobre una participación de 150 compañías, con un centenar de empleados de promedio, de los sectores de la industria, transporte, distribución, servicios financieros, hostelería y comercio, actividades sanitarias y farmacéutica, y educación, entre otros.

En cuanto al perfil profesional consultado, engloba tres estadios: staff directivo, mandos intermedios y base de empleados. Los datos obtenidos indican que las competencias en materia digital no distan mucho de uno a otro perfil, puesto que el nivel de conocimiento y habilidades digitales es similarmente bajo para los tres perfiles. El estudio califica de alarmante que sólo un 18% de altos directivos afirme tener un nivel alto en materia digital, un conocimiento que baja al 6% en el caso del personal base.

El 34% de las compañías manifiestan no haber adoptado ninguna iniciativa en favor de un cambio digital, y que el 30% sólo lo hayan hecho de manera fragmentaria, en alguna actividad o departamento, pero no en su totalidad. De ello se deduce que, en los próximos años, más de la mitad de las empresas españolas deberán afrontar el reto de digitalizarse, y no sólo en sus procesos de producción, modelos de negocio o estrategia comunicativa, sino en cada uno de sus departamentos y para cada uno de sus empleados, puesto que, como insinúa el estudio, las digitalizaciones a medias no son efectivas.

Las dificultades culturales, organizativas y presupuestarias son los objetivos más relevantes a superar en un proceso de transformación digital, siendo las primeras, según un 57% de los encuestados, las que más inciden en la causa. Pero, ¿cómo superar una dificultad cultural? Sencillamente: deshaciéndose de prejuicios, superando métodos obsoletos, costumbres e inercias poco efectivas.

El principal escollo a superar, para un 74% de encuestados, es la escasa, cuando no inadecuada, inversión en tecnología, acompañada de una carencia presupuestaria en el ámbito organizativo (48%), una insuficiente inversión en personal (34%) y en formación tecnológica (32%).

El 73% de los profesionales encuestados considera que es usuario de una tecnología no adaptada a las necesidades que origina su entorno actual y el 40% que el inmovilizado tecnológico de su compañía está obsoleto.

En el ámbito de los RRHH los resultados son abrumadores: un 87% de encuestados considera que no existe personal suficientemente cualificado para liderar la transformación digital de su empresa. Este dato es coherente con el hecho de que únicamente el 38% de las empresas cuenta con profesionales específicos para llevar a cabo el proceso de digitalización de la compañía. Así mismo, en un 57% de los casos es el departamento de IT quien lidera íntegramente el proceso de cambio, dejando al resto de departamentos, según los encuestados, en un segundo plano, cosa que puede generar carencias competenciales en materia de conocimientos tecnológicos, porque su participación se limita a aspectos meramente funcionales.

En un proceso de transformación digital debe establecerse una política de comunicación incluyente e iniciativas de sensibilización y análisis que logren la implicación de todos los departamentos de una compañía. No sirve de nada que el 91% de los profesionales considere importante iniciar el cambio, cuando el 76% de las empresas no han realizado ningún análisis competencial de sus empleados.

Precisamente la formación merece un capítulo aparte. El estudio pone de manifestó que el aprendizaje dentro de la empresa suele limitarse al uso de nuevas herramientas por la asunción de nuevas funciones y destaca que una de cada tres empresas dedica únicamente el 10% de su formación a temas digitales; una inversión claramente insuficiente si tenemos en cuenta que el 68% de los participantes considera prioritario la formación en temas digitales. A ello debemos añadir el desconocimiento generalizado en materia digital que, según el informe, muestran las empresas. De hecho, en todo el informe plana la idea de una insuficiencia de conocimientos TIC que afecta a la competitividad de las compañías.

En cuanto a métodos formativos, el informe indica un exceso de formación online (más del 75%), mientras que la gamificada, aquella que se sirve de la idiosincrasia de los juegos en equipo como una herramienta válida en el proceso de aprendizaje, no supera el 8%. La opción blended, mitad presencial, mitad online, se programa en un 35% de los casos.

Desde el punto de vista de la demanda de iniciativas de formación, los encuestados priorizan las herramientas de gestión y comunicación (77%), seguidas de las competencias relacionadas con el liderazgo (61%), el desarrollo personal (55%) y la gestión de clientes (54%). Destaca la escasa relevancia obtenida por la competencia en coordinación de equipos (41%). Que los encuestados demanden más competencias en liderazgo que en coordinación de equipos pone de relieve, según los autores del estudio, que las empresas siguen trabajando en compartimentos estanco y trasladan la responsabilidad de su gestión únicamente al staff directivo. Tampoco es menor, según el informe, la poca importancia dada a consolidar la tecnología en la gestión y atención de los clientes. Asimismo, resulta curioso que la ciberseguridad haya sido valorada como prioridad únicamente en el 22% de los casos. Y aún más, el escaso interés de la llamada desconexión digital (11%).

La reacción de los encuestados es muy crítica en cuanto a las competencias profesionales y herramientas de que disponen. Un 87% de consultados responde que las compañías no cuentan con personal cualificado que lidere la transformación digital, mientras que un 73% considera que los puestos de trabajo están poco adaptados a las nuevas tecnologías. En un 74% de los casos se valora como insuficiente la inversión en economía, y un 73% manifiesta que los medios tecnológicos con los que trabaja son insuficientes u obsoletos. En este sentido, las herramientas más demandadas son las relativas a la gestión de la información (55%), la gestión de proyectos (51%) y la comunicación digital (51%).

El estudio concluye que las razones más argumentadas para iniciar un proceso de transformación digital son la anticipación y/o reacción a los cambios del sector (63%) y la mejora en la del metodología trabajo.


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