Consultoría & Consultores

Que el empresaurio existe es un hecho, pero también es comprensible. Hasta hace unos años el mundo empresarial era hasta cierto punto estable y predecible. Nuestra empresa ofertaba un producto o servicio, los clientes valoraban si nuestra oferta se ajustaba a sus necesidades y nuestra principal función consistía en organizarnos y proporcionar un servicio o producto con la calidad y los tiempos demandados.

Ahora los tiempos se han acortado, se demanda más calidad y todo a menor precio… Esto ha derivado en ajustes en la plantilla, reorganización de funciones, cambios en procesos y procedimientos y, a fin de cuentas, un mayor esfuerzo de la organización.

El empresaurio no se resiste al cambio por gusto o porque crea que es la mejor estrategia, se resiste al cambio porque no sabe cómo afrontar el cambio y, por ende, cómo liderar el cambio. Lo desconocido da miedo y paraliza, pero no nos podemos resistir al cambio, porque el cambio sucede, y lo único que podemos hacer es adaptarnos cuando ya ha sobrevenido o, incluso, intentar adelantarnos a él cuando empezamos a verlo venir.

Pero adaptarse al cambio como empresario no es sólo definir una nueva estrategia o adaptar la estrategia existente. Adaptarse al cambio como empresario es ser el líder del cambio, estando convencido de la dirección a seguir y transmitiendo con seguridad y claridad esta dirección a los colaboradores para que nos apoyen en la consecución de los objetivos.

El líder del cambio es el empresaurio que ha entendido la inevitabilidad del cambio y la necesidad de anticiparse a él, que trabaja para conseguir el mayor compromiso de sus colaboradores a fin de alcanzar los objetivos de la empresa y asegurar el futuro a medio y largo plazo. El líder del cambio es el empresaurio evolucionado.

Ven, evoluciona.

Cecilia HoyosConsultora senior en Equipo Humano