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Durante el mes de septiembre se consolidan dos de las tendencias que se venían observando ya desde hace tiempo: la economía americana da muestras de renovada fortaleza y, sin embargo, en el área euro la recuperación pierde fuelle. Por suerte, el empeoramiento de la situación macro en Europa puede verse compensando en los próximos meses por una actitud mucho más proactiva por parte del BCE, como podremos comprobar a lo largo del Newsletter Económico de octubre de Grant Thornton.

- Estados Unidos sigue mejorando y el Banco Central Europeo aumenta su proactividad

EEUU sigue mostrando una fortaleza significativa. Durante los últimos meses EEUU ha tenido la mejor racha de creación de empleo en 15 años. Todos los sectores están aportando al crecimiento y, por el lado de la demanda, cada vez hay más signos de recuperación de la inversión empresarial y del consumo. También el sector exterior, ayudado por la revolución energética que está experimentando el país, da señales positivas. La recuperación parece pues cada vez más sólida y generalizada. En general, los fundamentos de la economía americana parecen lo suficientemente sólidos como para promover ritmos de crecimiento en el entorno del 3% tanto en lo que queda de este año como en 2015.

La Fed se encuentra cada vez más próxima a cumplir sus objetivos. La mayoría de indicadores de inflación se sitúan en el rango del 1,5%-2% interanual; los salarios comienzan a repuntar moderadamente; y el mercado de trabajo también está mostrando progresos importantes (a pesar de que obviamente sigue existiendo algo de capacidad ociosa). Así las cosas, esperamos que la primera subida de tipos en EEUU tenga lugar en marzo de 2015. No hay que olvidar que una subida relativamente temprana de los tipos daría margen a la Fed para poder hacer las siguientes subidas de forma acompasada, minimizando los riesgos sobre la recuperación americana.

En el área euro la recuperación se debilita y los signos de caída de la inflación hasta tasas excesivamente bajas son cada vez más evidentes. Pese a sus sólidos fundamentos, la economía alemana está desacelerando, con los indicadores de confianza afectados por las tensiones geopolíticas. Francia, Italia y Finlandia, países que probablemente tienen un ajuste pendiente importante en términos de competitividad, presentan cifras bastante preocupantes. Y la periferia, que está mostrando el mejor comportamiento relativo, también ha dado en el período más reciente algún síntoma de desaceleración.

Dicho lo anterior, creemos que la nueva actitud del BCE y la consiguiente depreciación del euro son noticias muy positivas. Si la autoridad monetaria europea se mantiene firme, es probable que la depreciación del euro continúe y que eso tenga un efecto favorable sobre las cifras de actividad y de precios en la última parte de este año y en el comienzo de 2015. El anuncio realizado por el BCE de intentar llevar su balance al tamaño que alcanzó en 2012 y de prolongar la compra de ABS y covered bonds durante al menos dos años es importante en este sentido, entre otras cosas porque refuerza el compromiso de mantener los tipos muy bajos durante un período muy prolongado de tiempo. En nuestra opinión, dados los retos de sostenibilidad existentes en algunos países, el impulso de política económica en el área euro debería provenir más de la política monetaria que de la política fiscal.

- En Japón, las perspectivas son positivas en cuanto a los precios y China sigue sosteniendo la actividad, dentro de su proceso estructural de desaceleración

Los últimos datos de actividad económica en Japón han salido peor de lo esperado. La contracción del Q2, asociada sobre todo a la subida del IVA en abril, ha sido significativa. Aún así, los indicadores adelantados y de confianza son compatibles con un repunte de la actividad en la segunda parte del año, hasta tasas probablemente por encima del crecimiento potencial (muy reducido) de la economía nipona. Si esto es así, y teniendo en cuenta el hecho de que el output gap está prácticamente cerrado, el escenario más probable en Japón es el de un progresivo repunte  de precios y salarios que ponga fin definitivamente al largo proceso de deflación sufrido por el país. Los últimos datos de aumento salarial son esperanzadores en este sentido. Y la reciente fortaleza del dólar también puede ayudar. En todo caso, habrá que estar atentos a que efectivamente el crecimiento vuelve a situarse por encima del potencial a partir del Q3, de forma que los salarios confirmen el repunte que ya ha comenzado a observarse. A medio plazo, los principales retos siguen siendo las reformas estructurales (incluyendo el aumento de la participación de la mujer en el mercado de trabajo) y la consolidación presupuestaria.

Los datos macro chinos durante septiembre han salido mixtos, aunque siguen siendo compatibles con ritmos de expansión entre el 7 y el 7,5%. La debilidad se concentra en el sector inmobiliario y en la producción industrial, esto último probablemente asociado a la corrección de excesos de capacidad en ciertos sectores. En sentido positivo, el sector exterior se está comportando bien y las ventas minoristas en términos reales también son una muestra de resistencia de la demanda interna. Por el lado de la oferta, el sector servicios muestra un comportamiento razonable (ayundando al país a cumplir sobradamente sus objetivos de creación de empleo). A base de pequeñas medidas de estímulo fiscal y monetario (la baja inflación otorga margen), el Gobierno está consiguiendo contener los riesgos de desaceleración excesiva. También está ayudando en este sentido la permisividad del banco central en cuanto a la depreciación del yuan se refiere.

- El aislamiento de Rusia puede ser contraproducente y la economía brasileña se desacelera

El creciente aislamiento internacional de Rusia puede dar al traste con el intento del país de atraer IED y de reducir así su dependencia de las materias primas. Pese a que corto plazo la economía rusa se beneficia de la depreciación del rublo, los fundamentos siguen débiles, con lento crecimiento y muy alta (y creciente) inflación. Por el lado presupuestario, la situación tampoco es especialmente boyante y podría verse afectada adicionalmente si se consolidara la caída de precio del crudo.

En Brasil se sigue observando una desaceleración muy significativa de la actividad y, de forma incipiente, también de los precios. Así las cosas, y aunque la inflación es todavía elevada, el banco central ha detenido las subidas de tipos y ha tomado incluso en el período reciente algunas medidas de corte expansivo. Por el lado fiscal, el fuerte enfriamiento de la actividad está complicando la consecución de los objetivos de déficit, algo que ha influido en la decisión de Moody’s de rebajar el outlook a la deuda del país. En general, las perspectivas de medio plazo del país no son especialmente favorables, aunque habrá que ver cuál la situación que se crea tras las elecciones presidenciales.

Álvaro Sanmartín
Socio de Consultoría (Economics & Regulation) de Grant Thornton y fundador de Alinea Global