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En las empresas familiares, el valor del apellido es un intangible de gran valor, pero conforme van avanzando las generaciones, van surgiendo nuevas ramas familiares, a las que se van acoplando conyuges, hijos, etc, y las necesidades van cambiando. En los inicios no importa meter todas las horas que haga falta al trabajo.La fuerza del “apellido” puede con todo y el compromiso es algo natural en los miembros familiares.

Seguimos avanzando en el tiempo y en las generaciones y hay miembros que se quedan trabajando en la dirección y en la gestión de la empresa.También hay miembros que deciden no trabajar en la empresa, pero que pueden ser accionistas o futuros accionistas, propietarios futuros.Mientras la cuenta de explotación va bien, todo va bien e incluso se van creando necesidades que la empresa va soportando hasta que por el motivo que sea las ventas empiezan a descender.Si no está claro el tema retributivo aparecerán los problemas.

Para empezar, suele ocurrir que todos los miembros familiares que trabajan en la gestión de la empresa familiar cobran prácticamente lo mismo, independientemente de las funciones que realicen. Hay veces que están por encima del mercado y a veces por debajo. Ahí es donde hay que empezar a realizar el primer cambio y es que la retribución debe ser según el puesto que se ocupa, pues no es lo mismo ser gerente, responsable comercial, responsable financiero, responsable de producción, etc.; cada puesto se debería retribuir según salario de mercado con una retribución fija y una retribución variable por consecución de objetivos y en algunos casos retribución en especie.Ese cambio de mentalidad para trabajar por objetivos es el principal cambio y donde para acceder a cada puesto es donde se debe valorar los conocimientos, las competencias, las cualidades, la actitud, en definitiva el Talento, por ello, siempre debe haber un puesto disponible y después buscar el perfil, no a la inversa.He visto tantas empresas familiares donde no había un puesto disponible y se ha metido al hijo, al sobrino, al primo y poco a poco van aumentando las cargas estructurales que después es más difícil suprimir porque hay lazos emocionales que no lo permiten.

Por otro lado, puede darse que haya miembros familiares que independientemente de si trabajan o no en la gestión de la empresa, por el hecho de ser accionistas deberían tener derecho a una retribución por reparto de dividendos, siempre que se estipule que debe haber dicho reparto (si hay beneficios y el Consejo decide realizar el reparto) y si ha quedado acordado en el protocolo familiar, mejor aún.

También en algunas empresas familiares por el hecho de ser consejero del Consejo de Administración puede haber también una retribución.

En definitiva, debemos diferenciar bien cada ámbito, la Propiedad, el Gobierno, la Dirección y la Gestión, y saber que en cada ámbito hay que hacer funciones diferentes, los roles también son diferentes y por supuesto las retribuciones.Saber discernir, cómo hay que comportarse en cada ámbito, qué temas se tratan, cuándo y en qué foros, es clave para tener un sistema retributivo que sea equitativo, justo, coherente y lo más importante previsor de conflictos futuros que por desgracia aparecen cuando el dinero está por medio y como decía al inicio, las necesidades van cambiando.