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Ésta es la cuestión que muchos hijos de fundadores de empresas familiares se hacen muy a menudo.Hay diversas situaciones, desde aquellos que no han estudiado, porque precisamente no han hecho más que trabajar en la empresa familiar desde muy jóvenes y que cuando son un poco más mayores se lamentan de no haber estudiado algo más, hasta aquellos que se creen que lo saben todo y están seguros de sus aptitudes y cualidades pero que cuando salen al mundo exterior, se dan cuenta de la cruda realidad.Bajo el paragüas de papá y de mamá se ha estado bien, pero sin ese paragüas las cosas se complican.

Sabido es que la formación es imprescindible para cualquier tipo de empresa, y por supuesto, la empresa familiar no se escapa de ello, sin embargo, por diversas circunstancias, no ha habido tiempo para ello, o mejor dicho, no ha sido la prioridad número uno en dichas empresas porque se escucha la frase “el negocio te necesita”. Además en estos últimos años con la crisis económica, ha sido la mejor excusa, para decir “no hay dinero para ello, es un gasto que no nos podemos permitir”, cuando precisamente hay que verlo de otro modo, no como un gasto, sino como una inversión.

Pero no todo es negativo, pues afortunadamente las empresas familiares son cada vez más conscientes de que es importante y clave invertir en formación, empezando por los miembros familiares que muchas veces están o estarán en la dirección de la empresa o en puestos de responsabilidad. En estos miembros familiares no es necesario enseñarles cómo tener más ganas y compromiso, pues eso ya va en la sangre, en los genes, en el espíritu familiar que se ha mamado desde pequeños, pero sí que es muy conveniente que se formen en competencias del management para dirigir equipos con eficacia, negociar bien con proveedores, gestionar bien el tiempo, motivar equipos, comunicar de un modo efectivo, fomentar la cohesión y si no dominar, por lo menos, sí controlar indicadores del negocio y las finanzas.

Cuando hablamos de formación en la empresa familiar, también significa formarse para ser un Accionista responsable y hay que tener conocimientos de economía y empresa para saber tratar los temas que se requieren en un consejo de administración o en una junta general de accionistas.

Así pues no dejemos que la única formación en la empresa familiar sea la de la experiencia.Si la experiencia que se tiene o la que se tendrá viene complementada con diferentes formaciones de acompañamiento al sucesor, de tutorización, de coaching, de perfeccionamiento directivo, de mejora en ciertas competencias de liderazgo y management, se tendrán más garantías para que la empresa familiar continúe en el tiempo porque además no se tendrá ningún complejo en rodearse de un equipo externo, no familiar, posiblemente también formado y que hará la Empresa todavía más competitiva.