Consultoría & Consultores

Últimamente me han hablado mucho de la modernidad líquida; comparto el concepto. La cultura del esfuerzo, de la rigidez de las cosas, de la durabilidad de las acciones… Todo ha cambiado hacia un consumismo rápido, un capitalismo extremo, una modernidad líquida.

A mí un día me compraban un juguete, hoy, con el consumismo, con el ‘made in China’, a mi hija le pueden comprar ¡un juguete cada día! Todo dura menos, todo es más rápido, más fácil, más líquido pero ¿qué pasa con los valores humanos? Esta rápida ‘durabilidad’ de las cosas hace que las personas tengamos miedo a comprometernos con las cosas, las personas, las relaciones. Una modernidad líquida que nos lleve a relaciones más superfluas.

Pues siento decir que las personas necesitamos el compromiso y todo aquel que lo dude y piense que puede vivir sin compromiso que sepa que ya tiene uno. El compromiso está ligado a todo aquello que hacemos y aunque hoy sea aparentemente más fácil la ‘fuga de compromisos’, siguen existiendo los soportes sólidos  en los que contener esta modernidad líquida.

Lo bueno es que estos soportes sólidos ya no son tan rígidos, ¡también son modernos!, así que se han vuelto flexibles, moldeables: ya no necesitamos de una mujer y un hombre para hablar de unidad familiar, ya no necesitamos desplazarnos para saber de nuestros amigos, ya no necesitamos ‘vivir’ en la empresa para llevar a cabo nuestro trabajo, …

Es fantástico ver cómo la modernidad ha cambiado los soportes donde poder seguir disfrutando de la familia, las relaciones o el trabajo. Pero al final por muy modernas que sean las cosas seguimos necesitando estos soportes.

Aun si tenemos algún escéptico que sienta que no necesita ningún soporte para dar sentido a su día a día (y vamos a extremar el caso de algún súper héroe “InHumano” que pueda vivir sin familia, amigos o relaciones con las que comprometerse) puedo confirmar que el primer soporte  con el que uno se compromete cada día es esa imagen que nos devuelve el espejo cada mañana. Así que si en algún momento te justifican la falta de compromiso por esta modernidad que nos rodea, piensa que el compromiso líquido, moderno y flexible ya está dentro de ti, sólo tienes que usarlo.

Aitziber Rivas