Consultoría & Consultores

Las mayores innovaciones que se van a producir en los próximos diez años en el ámbito de los modelos de negocio van a estar directamente relacionadas con la evolución de la sociedad y con la nueva manera de entender la vida de las generaciones más jóvenes. De hecho, van a derivar de la búsqueda de soluciones para satisfacer estas nuevas demandas.

Las generaciones digitales, crecidas en un contexto de cambio rápido, están conformando un entorno socioeconómico muy diferente al que enmarcó la vida de las últimas décadas del siglo pasado.

Millenials (nacidos entre mediados de los 80 y de los 90) y generación Z comparten paradigmas de comportamiento basados en la flexibilidad, mientras que las prioridades de las generaciones precedentes (babyboomers o las generaciones X o Y), reflejaban una sucesión de hitos ordenados mucho más predecible. Este cambio tendrá un impacto económico notable y transformará algunas de las estructuras más relevantes de nuestra organización social: la familia, la educación y muchos modelos de negocio.

Las generaciones nacidas entre 1950 y 1980, aproximadamente, valoraban y consideraban natural el progreso basado en la estabilidad laboral, la lealtad a la empresa y un incremento paulatino de poder adquisitivo en base a la antigüedad para ir construyendo una familia arraigada alrededor de propiedades de larga duración.

El orden era más o menos el siguiente, según resume Luis Buzzi, socio responsable de Innovación de KPMG en España: “Primero, comprarte un coche para tener movilidad. Después, formar una familia y adquirir una residencia y, en último lugar, dedicar lo sobrante al ocio”. Las nuevas generaciones, sin embargo, han ido invirtiendo esta escala de prioridades de forma que “ahora lo primero es el ocio, después desarrollar relaciones -ni permanentes, ni convencionales- y, en último lugar, disfrutar como usuario temporal de la mayor parte de los bienes como las viviendas o los vehículos”, expone Buzzi.

Un ejemplo del cambio generacional se refleja en la transición del modelo de propiedad al de pago por uso de gran parte de bienes y productos, una transformación que ya ha revolucionado sectores como el de la música o los contenidos audiovisuales (a través de plataformas de suscripción), los servicios de correo o almacenamiento de archivos y fotografías (a través de proveedores en la nube) y que seguirá modificando una gran cantidad de modelos de negocio, desde los servicios financieros hasta la industria, la distribución, la moda o la vivienda…

Tal y como anticipa Luis Buzzi, la menor cantidad de “propiedades” acumuladas favorecerá que las nuevas generaciones tengan un movilidad mucho mayor y esta libertad de movimientos obligará a muchas empresas a buscar la manera de adaptar su oferta a las necesidades de sus usuarios, a sus demandas cambiantes en función del momento, el lugar, las circunstancias y la persona.

Ahora lo primero es el ocio, después desarrollar relaciones -ni permanentes, ni convencionales- y, en último lugar, disfrutar como usuario temporal de la mayor parte de los bienes, como las viviendas o los vehículos
Luis Buzzi, Socio responsable de Innovación de KPMG en España

¿Comprarme un coche? No, gracias.

En la semana del 2 de diciembre llevamos a cabo una encuesta en Instagram entre más de cuatro centenares de jóvenes pertenecientes a las generaciones millennial y Z (nacidos a partir de 1981) con el objetivo de pulsar sus expectativas en materia de vivienda, estabilidad laboral, estabilidad geográfica y adquisición de vehículos.

Las respuestas fueron contundentes en algunas de las cuestiones planteadas que dibujaron un perfil mucho más líquido, que no se ve a sí mismo viviendo mucho tiempo en la misma ciudad y que no tiene interés en ser propietario de bienes como un vehículo.

En este sentido, más del 74% de los encuestados cree que no vivirá toda su vida en la misma ciudad. Por otro lado, seis de cada diez millenials y centenials respondieron que comprar un coche no es una prioridad para ellos. Asimismo, si tienen que elegir entre dedicar su dinero al ocio y viajes o, como alternativa, al ahorro o la vivienda, el 73% escoge ocio