Los consumidores europeos -y españoles- siguen prefiriendo el efectivo a otros medios de pago electrónicos. Así se desprende del informe Construyendo un mercado de pagos europeo viable, elaborado por Strategy&, la consultora estratégica de PwC, a partir de una encuesta a consumidores en diez países de la Unión Europea, entre ellos España. Según el estudio, el 47% de los consumidores europeos prefiere el uso del dinero en efectivo, a la hora de hacer sus pagos, antes que cualquier otro método electrónico. Este porcentaje es especialmente elevado en Alemania (61%), Austria (61%), y Suiza (60%). En España, casi la mitad de los consumidores entrevistados (49%) prefieren pagar sus compras en metálico. Solamente en Reino Unido (29%), Holanda (26%) y Suecia (20%) apuestan por otras formas de pago alternativas al dinero fresco.
El informe revela que el uso mayoritario del efectivo y la existencia de un mercado de medios de pagos electrónicos extremadamente fragmentado son dos de los principales obstáculos para el desarrollo de una industria europea que pueda competir con las de Estados Unidos y China. La encuesta estima que, en la actualidad, cerca del 60% de los consumidores de la UE hacen sus pagos en efectivo. De los pagos con medios electrónicos, el 43% son transferencias y domiciliaciones, otro 43% se corresponden con tarjetas de débito y el 14% restante, fundamentalmente, con tarjetas de crédito. Cuando se les pregunta a los consumidores europeos por qué pagan en metálico, la respuesta es sencilla: el 37% lo hace porque no hay ninguna otra forma disponible y el 29% por comodidad. En España estos porcentajes son del 40% y el 29%, respectivamente.
El estudio explica que, aunque la banca abierta -en inglés, open banking- está ya en marcha, todavía tiene un largo camino por recorrer para conseguir su adopción por parte del consumidor europeo y apunta que para convencerle será necesario desarrollar unos servicios sencillos y adaptados a sus necesidades en los que los bancos tendrán que hacer una gestión mucho mejor de los datos.
El documento considera que el mercado europeo de medios de pago es un sector muy fragmentado, con 15 sistemas nacionales y con una todavía mayor cantidad de especificaciones y exigencias distintas por país, en materia de funcionamiento y de identidad. De hecho, en la actualidad, no se puede decir que exista un servicio europeo de pagos móviles. Según el estudio, la UE ha centrado sus esfuerzos en contar con unos requerimientos comunes en materia de privacidad y protección de los ciudadanos (RGPD) y no tanto en hacer llegar al consumidor las ventajas los nuevos medios de pago.
Pero, además del uso mayoritario del efectivo y de la fragmentación, el informe señala otros factores que impiden conformar un mercado europeo de medios de pago, entre los que se encuentran los siguientes:
El estudio incluye otra encuesta realizada entre 58 directivos del sector financiero europeo en el que se constata el gap existente entre lo que piensan los bancos y las entidades financieras y el deseo de los consumidores de compartir o no sus datos. Mientras que el 93% de los directivos entrevistados creen que los clientes están dispuestos a compartir sus datos a cambio de beneficios, sólo el 20% de los consumidores quieren hacerlo, el 58% asegura que no y un 23% se muestra indeciso. Unas cifras que reflejan la labor que tanto los bancos europeos como los proveedores de medios de pago tienen por delante para convencer a los consumidores de los beneficios potenciales que tiene compartir sus datos.
“Las conclusiones del informe ponen sobre la mesa que, en el entorno de los medios de pago, el sector financiero necesita trabajar en su modelo de negocio, racionalizar sus infraestructuras y afrontar la situación actual como una oportunidad. Las respuestas de los encuestados ponen manifiesto, además, la confianza que tienen los consumidores en los bancos a la hora de gestionar sus datos en un entorno de banca abierta”.