Pedro Ramírez, Director de Recursos Humanos de una empresa Española decidió, junto a dirección y responsables de otros departamentos, que era el momento de ampliar el equipo profesional de la compañía. La organización se encontraba ante un momento crucial en su historia, ya que si bien tenían nuevamente posibilidades de crecer, la incertidumbre y turbulencias del entorno requerían no solo profesionales con grandes capacidades técnicas, sino también de Líderes.
Por tanto, Pedro quiso dedicar especial hincapié a valorar esa competencia por parte de los candidatos, para ello desarrolló una entrevista que buscaba la reflexión del entrevistado acerca de esta habilidad.
Realizó dos ejercicios; por un lado elaborar un guion de preguntas para la entrevista, pero por otro lado, para ser lo más objetivo posible, buscar unas respuestas tipo para ver en qué medida se ajustaban las respuestas de los candidatos a lo que entendía la empresa por Liderazgo.
Estas respuestas las realizó con la ayuda del mando intermedio que mejor valoración tenía en liderazgo en las evaluaciones de desempeño, el cual era considerado un Líder por parte de sus compañeros y colaboradores, y al cual le realizó la entrevista antes de hacérsela a los candidatos para ver sus respuestas.
A ese guion lo llamó:
ENTREVISTA VALORACIÓN LIDERAZGO Y 10 RESPUESTAS QUE DARÍA UN LIDER EN UN PROCESO DE SELECCIÓN
Ser un guía para el resto de los compañeros que les oriente hacia el mejor desempeño, asesorándolos, ayudándolos, corrigiéndolos, así como dándoles la oportunidad de equivocarse.
Como consecuencia, hacer el seguimiento de las personas para observar, analizar, etc., el trabajo realizado con el fin de poder mejorar su desarrollo como profesional y como persona.
Son muchos los aspectos que debe de aunar un líder y aun así es difícil alcanzar la perfección y de alcanzarla tenemos que buscar nuevos metas y objetivos para mejorar. Si tuviera que resumir que es un líder lo haría a través de la fórmula. (Conocimiento + Experiencia + Habilidades Sociales) x Actitud.
Esto quiere decir que un líder debe poseer un conocimiento amplio de la información del campo en el que se desarrolla. Por otro lado, la experiencia de haber vivido y sentido distintas situaciones tanto profesionales como personales, y por último tener habilidades interpersonales y sociales que permitan motivar y auto reforzar a sus colaboradores.
A esa fórmula habría que añadirle el multiplicador más potente y necesario para cualquier aspecto en la vida, la actitud y la automotivación.
Espero que si hicieran una visión global de mis distintas etapas las opiniones fueran favorables aunque lógicamente hayamos vivido etapas más difíciles y complejas.
Creo que dirían que soy un buen comunicador y que soy capaz de decirles lo malo y lo bueno de forma totalmente profesional y objetiva, así como compartir los objetivos con todos.
Que les aporto valor, generando soluciones, que les trato de manera singular y busco su desarrollo atendiendo a sus preocupaciones.
Y por último, espero que dijeran que les reconozco el trabajo bien hecho, como a la vez soy exigente con ellos y soy el primero que da ejemplo con dicha exigencia.
Desde luego, es imposible que pueda abarcar todas las tareas y funciones que se presentan en el día a día. Para ello tenemos un equipo de trabajo, bien porque en ocasiones yo no puedo hacerme cargo y debo de delegar y en otras ocasiones simplemente porque en mi equipo tengo profesionales especializados que seguro que pueden aportar mejores resultados que si esa labor la hago yo.
Por ello, desde un primer momento siempre me he preocupado de ver el potencial y fortalezas de cada miembro de mi equipo para poder delegar las labores en las que ellos puedan aportar un valor añadido que beneficie a todo el departamento y que además haga que sientan su gran aporte e importancia.
A la hora de delegar funciones me reúno con las personas que se va a encargar, le muestro los objetos y resultados que se esperan así como la importancia del proyecto y de su ayuda. No me centro en explicar el qué y el cómo, sino en explicarle por qué, con tal de que adquiera importancia para él.
No solo habló yo, la comunicación debe de ser bidireccional y hago constantes preguntas para saber su feedback, desde si está entendiendo lo que se le pide, como lo valora y en que le puedo ayudar.
Por último establecemos y cerramos fechas de los distintos plazos en los que se tienen que presentar avances o nos debemos de reunir para valorar la evolución de las tareas y posibles desviaciones y ayudas.
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