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¿Se puede desconectar en verano sin dejar de aprender y progresar en la carrera profesional? Se puede. La pócima mágica son los mejores libros de negocio publicados en los últimos meses. Aquí ofrecemos una selección de obras recomendadas por Strategy + business, la revista corporativa de Strategy&, la consultora estratégica de PwC, Financial Times, The Wall Street Journal y The New York Times, entre otras publicaciones.

Austerity, when it works and when it doesn’t‘ por Alberto Alesina, Carlo Favero and Francesco Giavazzi (Princeton University Press, 2019). Un interesante libro contracorriente. Cuando la Comisión Europea hace autocrítica sobre su falta de solidaridad con Grecia y hasta el FMI rebaja el tono de sus recetas de ajuste duro, sus autores, bajo la apariencia de un título neutral, construyen un alegato a favor de la austeridad como remedio contra el exceso de deuda y refutan la idea de que las políticas de ajuste generan depresión económica. Su tesis principal va sin embargo más allá, ya que dentro de la política de austeridad distinguen los efectos del recorte del gasto y del aumento de la presión fiscal. La conclusión es clara: la reducción del gasto genera confianza entre los agentes económicos y favorece una pronta recuperación de la economía, mientras que la subida de impuestos tiene más consecuencias negativas. Los autores basan su análisis en los resultados de docenas de medidas adoptadas en los últimos cincuenta años en todo el mundo, aunque debajo de ese enfoque empirista habrá quien pueda ver pura ideología liberal.

La economista en el burdel y otros lugares inesperados donde comprender qué es el riesgo‘, de Allison Schrager (Editorial Conecta, 2019). Este es un libro para ayudar a la gente a invertir, aunque su provocativo título sugiera otra cosa. Schrager intenta explicar cómo hay que valorar los riesgos de cualquier inversión y de qué manera pueden ser mitigados para llegar a obtener un objetivo razonable de beneficio. Para ello, traza curiosas equivalencias con las prostitutas de Nevada (que dedican la mitad de sus ingresos a garantizar su seguridad), con los surfistas que se enfrentan a olas de ocho metros (que contratan motos de agua y utilizan tecnología sofisticada por si algo va mal), con los fotógrafos de prensa (que hacen pools, o equipos de vigilancia, a fin de asegurar que no se les escapa la foto de ningún famoso) o con algunos jugadores de póquer (que para minimizar riesgos aplican estrategias ultraconservadoras en sus partidas). Moraleja: vale la pena reducir el riesgo para rentabilizar la inversión. Como agente comercial de seguros Allison Schrager no tendría precio.

Range: Why Generalists Triumph in a Specialized World‘, de David Epstein (Penguin 2019). El título es bastante explícito. El autor del libro, un periodista deportivo norteamericano, confronta las virtudes de los conocimientos generales y de los especializados, e intenta persuadirnos de que para triunfar en la vida y en el trabajo no hace falta concentrar todos los esfuerzos en una sola actividad. En definitiva, impugna proverbios tan populares como “aprendiz de mucho, maestro de nada” o “quien mucho abarca poco aprieta”. El libro no reniega de la especialización, e incluso la cree muy conveniente en áreas como la música clásica, la lucha contra incendios o el ajedrez, pero entiende que los generalistas pueden tener ventaja en contextos profesionales de alta dificultad porque son capaces de crear espacios de aprendizaje en los que se combina la profundidad con la amplitud de conocimientos. Una de las historias que ilustra el libro es la comparación entre dos grandes deportistas: el golfista Tiger Woods y el tenista Roger Federer. Tiger Woods es el ejemplo máximo de hiperespecialista que desde una muy temprana edad (los dos años) dedica todos sus esfuerzos a una sola actividad. Roger Federer, en cambio, se pasó su infancia y su temprana juventud practicando todo tipo de deportes (fútbol, esquí, baloncesto, voleibol…) y cuando empezó a sobresalir en el tenis su nivel era inferior al de sus compañeros de generación, aunque luego obviamente acabó especializándose hasta llegar a convertirse en el que muchos consideran mejor tenista de la historia.

La sorprendente ciencia de las reuniones‘, de Steven G. Rogelberg (Editorial Tébar Flores, 2019). Malditas reuniones, ¿no? Todo el mundo se queja de ellas en la empresa. Pero nadie las elimina; tal parece que son herramientas imprescindibles para promover la colaboración, la inclusión y la comunicación internas, para mejorar la toma de decisiones y, en definitiva, para aumentar la eficiencia y la productividad de la organización. En este libro lo que Steven G. Rogelberg propone no es ni suprimir ni siquiera reducir el número de reuniones, sino hacerlas más efectivas. No ofrece recetas mágicas ni grandes novedades, pero sus propuestas están avaladas por investigaciones científicas realizadas durante los últimos quince años. A partir de esas evidencias, el autor desgrana recomendaciones para mejorar el resultado de las reuniones. Algunas son bien conocidas, como permanecer de pie, marcar un límite estricto de duración, no superar los siete participantes o establecer objetivos claros. Otras resultan menos convencionales. Por ejemplo, el libro recomienda sustituir la técnica del brainstorming por la del brainwriting, que consiste en que cada uno de los presentes escriba de forma sumaria sus propuestas para su posterior discusión conjunta. Otro truco consiste en iniciar la reunión con diez minutos de silencio para que los asistentes puedan leer tranquilamente el documento de preparación previamente distribuido entre ellos, tal y como suele hacer Amazon. También se sugiere cambiar con frecuencia el formato y proponer por ejemplo que la reunión se haga paseando, siempre que el número de participantes y el tema lo permita. Malditas reuniones, sí, pero ni tan largas ni tan inútiles ni tan aburridas ni tan desorganizadas.

Y una recomendación vintage

Aventuras empresariales‘, de John Brooks (Editorial Deusto, 2016). Este librito pasó bastante desapercibido cuando se publicó en Estados Unidos, con el título de ‘Business adventures‘, a finales de la década de los 60, pero cobró nueva vida cuando en 2014 el fundador de Microsoft, Bill Gates, contó que se lo había regalado el inversor Warren Buffet y que le parecía el mejor libro de negocio que jamás había leído. Tan popular se hizo que hasta se publicó su traducción al castellano. Marketing de celebrities empresariales aparte, se trata de una obra amena e instructiva que recoge doce historias empresariales estadounidenses minuciosamente diseccionadas y publicadas a lo largo de los años 60 en la mítica revista norteamericana The New Yorker. Entre ellas, el minicrash bursátil de 1962, el éxito de Xerox, el caso de información privilegiada de Texas Gulf o las tretas contra la competencia de General Electric. Uno de los relatos más apasionantes es el del fallido lanzamiento del Ford Edsel, que se diseñó y fabricó a golpe de encuestas para conocer las supuestas preferencias de los consumidores. La operación, considerada uno de los mayores fiascos de la historia de los bienes de la sociedad de consumo, le costó al fabricante de automóviles unas pérdidas de 350 millones de dólares de la época. Lo que más sorprende es que la mayoría de las historias y de los mensajes que transmiten siguen vigentes cincuenta años después. Una estupenda obra, y no porque lo diga Bill Gates.

Con todos estos libros en la mesilla de noche o al lado de la hamaca, nadie podrá decir que se ha aburrido en vacaciones. Ojo, si te los acabas, tenemos otras recomendaciones aquí.

¡Feliz y enriquecedor verano para todos!