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De la rentabilidad a la transformación digital

Los retos a los que se enfrenta la banca son múltiples y de diferente naturaleza. Unos son tradicionales. Otros nuevos. Unos están entrelazados. Otros vienen solos. Para analizarlos al detalle, KPMG organizó un evento que contó con un panel variado y diverso, no solo en género sino en puntos de vista. En su ponencia, Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, aportó la visión del regulador y supervisor. Y en el panel posterior, moderado por Francisco Uría, socio responsable de Sector Financiero de KPMG en España y en la región de EMA, participaron Amparo Moraleda, consejera independiente de CaixaBank, Jaime Caruana, consejero independiente de BBVA, y Manuel Conthe, consejero independiente de Unicaja.

A continuación se destacan los principales retos que se abordaron en el evento, y que hemos resumido en seis- y las reflexiones que trasladaron los distintos participantes.

Recuperar niveles razonables de rentabilidad

Recuperar rentabilidad es un desafío crítico para el sector. La rentabilidad se sitúa actualmente en el 0,55% sobre activos (ROA) y en el 7,2% sobre capital (ROE), niveles bajos comparados con el pasado pero por encima de la media europea. Lo mismo se podría decir en términos de eficiencia operativa. Y aunque, en palabras de Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, la banca española está “en una situación mucho más sólida y presenta indudables fortalezas comparativas respecto a sus rivales europeas”, sus niveles de rentabilidad son menores si se comparan con otros mercados desarrollados. Hay que adoptar medidas, invertir en tecnologías y replantearse el modelo de negocio.

Delgado citó algunas de las medidas que pueden ayudar a mejorar esa rentabilidad como la mejora de la solvencia –que se traduce en un menor coste de financiación- y la reducción de los activos improductivos: préstamos dudosos y activos adjudicados. “Como dice su nombre, son improductivos” pero tienen costes asociados. Y aunque se han reducido significativamente estos años atrás, “seguimos por encima de las cifras que registran el resto de los bancos de la Unión Europea y el nivel sigue siendo claramente superior al previo de la crisis”. Otra herramienta para aumentar rentabilidad son las fusiones bancarias. El 87% de los directivos de la banca espera fusiones a medio y largo plazo, según el informe Perspectivas España 2019 de KPMG y la CEOE.

Eficiencia y el valor de las fusiones

“Las fusiones pueden ser una vía para ganar en eficiencia y rentabilidad pero son operaciones muy complejas cuyo plan de negocio debe valorarse adecuadamente”, advirtió la subgobernadora. Y añadió: “muchas de las operaciones corporativas anunciadas no llegan a consumarse y, en algunas de las que se terminan produciendo, se siguen observando problemas de integración durante años”. Todo un aviso de navegantes para los directivos del sector: “Nuestra labor en un entorno como el actual es asegurarnos de que cualquier proceso de fusión lleve a la creación de una entidad más solvente, con un modelo de negocio sólido, que permita reducir costes estructurales y, en definitiva, genere valor en su conjunto”, señaló Delgado.

Otra vía clásica para la mejorar de la eficiencia es reducir costes per se. En este sentido, ya se ha recorrido gran parte del camino con la reducción de oficinas (40%) y empleados (30%) estos años atrás. Las ganancias de eficiencia adicional están más ligadas a la transformación digital.

Solvencia, solidez e impacto de Basilea III

Aunque a priori uno pueda pensar lo contrario, la subgobernadora del Banco de España insistió en que “rentabilidad y solvencia deben ir de la mano” en la banca. “Un nivel de capital elevado no es una debilidad ni una desventaja”, enfatizó. Y recordó la mejora de la solvencia durante los últimos años: el Tier 1 ha subido del 8,1% (2008) al 13,4% (2018), a la par que ha reducido considerablemente su volumen de préstamos dudosos y adjudicados.

Lo que no ha mejorado tanto es la fotografía comparativa con Europa: “En 2014, la banca española tenía unos niveles de solvencia inferiores a la media europea pero similares a los de la banca francesa e incluso superiores a los de la italiana, y ahora muestra niveles claramente inferiores a los de ambos países”, explicó tras apuntar la necesidad de “reflexionar” sobre este deterioro y recordar que la vía más evidente de refuerzo de capital viene por la generación orgánica de reservas, tras la retribución del capital. Ahí se detuvo para lanzar otro mensaje. “Ya he comentado en alguna ocasión que, a mi juicio, se da una excesiva rigidez en el reparto de dividendos, que han funcionado más como una retribución fija que como un verdadero reparto del rendimiento, variable, de cada ejercicio”, dijo tras recordar la posibilidad de retribuir al accionista en acciones –scrip dividend– en lugar de en efectivo.

Respecto a los requerimientos de capital que tendrán la implementación de elementos pendientes de Basilea III, la subgobernadora recordó los recientes cálculos de la EBA: los Activos Ponderados por Riesgo (APRs) aumentarán un 24,4% en el conjunto de la UE, lo que implica 135.000 millones de euros adicionales de capital para responder a las nuevas necesidades, cifra que podría reducirse a más de la mitad si las entidades retuvieran el beneficio durante el periodo transitorio.

Transformación digital y extraer valor de los datos

La transformación digital es un proceso que arranca con la inversión en tecnologías disruptivas pero que luego requiere cambios de toda índole: hay que movilizar personas y recursos, adoptar nuevas formas de trabajar y nuevos enfoques, cambiar culturas y modelos de negocio del pasado, y un largo etcétera. La situación de cada entidad es distinta y la reflexión sobre el modelo de negocio debe ser “individualizada: no hay un enfoque único y existen diferencias en las estrategias entre aquellos bancos con mejores resultados de rentabilidad”, dijo Delgado.

Entre los desafíos que lleva consigo la transformación digital para la banca hay elementos más complejos, pero también hay “fortalezas de partida muy relevantes” que juegan a su favor. Uno clave es la confianza. “Pese a todos los problemas de reputación, las personas siguen confiando mucho más en su banco que en cualquier otra compañía proveedora de servicios. Y las relaciones personales con la clientela siguen siendo importantes, particularmente en determinados segmentos y edades”, dijo la subgobernadora.

Delgado ofreció algunos datos en ese sentido recogidos en el último Barómetro de Innovación Financiera Funcas. Por ejemplo, el 90% de la actividad bancaria total se realiza todavía con la entidad propia y la satisfacción general de los clientes se sitúa en 7,42 puntos sobre un máximo de 10. Entre los que estarían dispuestos a cambiar de entidad, los bancos tradicionales siguen siendo la primera opción para el 71%. Este alto nivel de fidelidad y confianza puede cambiar en el tiempo con la imparable creciente tendencia al uso de los canales alternativos y la implementación de algunas regulaciones facilitadoras del transvase como la PSD2.

Como se comentaba, la transformación digital va mucho más allá de las inversiones tecnológicas. “Es aún más importante llevar a cabo el cambio tecnológico de puertas adentro”, dijo la subgobernadora del Banco de España en referencia a los desafíos que incorpora los sistemas de Big Data y analítica avanzada de datos.

Las entidades deben ser capaces de extraer, explotar y analizar los datos de su clientela para mejorar la toma de decisiones y poder así avanzar en la transformación del negocio. “Nos solemos centrar en los riesgos conocidos y no en los desconocidos, esas amenazas que pueden ser devastadoras”, dijo Amparo Moraleda, consejera independiente de CaixaBank, que insistió en la necesidad de ver la tecnología como lo que es, una commodity y “en poder reflexionar en lo que realmente importa: cómo se deben gobernar, gestionar y explotar los datos para extraer su valor”. “La banca seguirá jugando un papel fundamental aunque habrá menos entidades financieras, habrá que atraer talento nuevo y transformarse completamente desde dentro”, concluyó la consejera de CaixaBank.

BigTech versus FinTech

Todos los participantes coincidieron en que los desafíos que en su día plantearon las FinTech no tienen nada que ver con lo que ahora llega, las BigTech, que suponen para el sector, reguladores incluidos, un triple reto: competencia, solvencia y protección de datos.

“Las BigTech plantean dos problemas. Uno es que alteran el campo de competencia: su llegada no aumenta la competencia sino que la reduce por el uso monopolístico que hacen de la información, de los datos”, explicó Jaime Caruana, consejero independiente de BBVA. Y dos, que introducen el problema de los datos, cuyo propiedad es de los usuarios –según la regulación europea- pero “el control que se hace de los datos ya no es del usuario”, añade Caruana. Y sugirió que quien analice y supervise a las BigTech en su función financiera “debe pensar de forma más amplia, no sólo en términos de estabilidad financiera sino también de competencia y de gestión de datos”. “Hay que desproteger a las BigTech de la escasa y fragmentada regulación al respecto”, subrayó Caruana.

Con esta visión coincidió Amparo Moraleda: “La ventaja de las BigTech es que manejan ingentes volúmenes de datos, atraen el talento y no dejan espacio…”.

Uno de los retos más recientes que han planteado las BigTech ha sido el anuncio por parte de Facebook del lanzamiento de una criptomoneda, denominada Libra, algo que los expertos no auguran mucho éxito. “La creación de dinero sigue siendo monopolio público y lo contrario no parece muy viable”, señaló Manuel Conthe, consejero independiente de Unicaja.

Mejorar la reputación frente a la sociedad

La relación con la clientela es clave en cualquier modelo de negocio, presente o futuro. “La sociedad ha cambiado en cuanto al nivel de exigencia al sector financiero […] La banca debe cambiar para responder a la nueva realidad social y normativa”, reflexionó Delgado antes de aportar algunos datos de la Memoria de Reclamaciones 2018 del Banco de España. Ese año, el número de reclamaciones tramitadas se redujo un 50%.

Con ella coincidió Jaime Caruana, tras recordar que el sector “ya tienen interiorizada” esa visión de sostenibilidad que recoge la información no financiera. Recordó que la banca “tiene un activo que es la confianza”, que aún no ha sido usurpado por otros y que si logra reforzar su reputación tendrá una gran ventaja competitiva sobre las BigTech.

Sobre este punto, Manuel Conthe criticó la demagogia que en ocasiones se ceba sobre el sector financiero, que incluso puede llegar a frenar productos novedosos. Otra cosa es que “no hay que vender a los clientes productos que no entiendan”, reflexionó, tras explicar que el papel de los consejeros independientes es más “jugar de defensa que de delanteros metiendo goles”. Para Francisco Uría, socio responsable de Sector Financiero de KPMG en España y en la región de EMA, “el consejo tiene un papel fundamental en cuanto a la estrategia a largo plazo de las compañías, manteniendo una visión de “luces largas” que complemente la gestión del día a día de las entidades”.

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Financieros

Fuente: KPMG

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