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Hace seis décadas comenzó la producción en masa de plásticos. Dicha producción se ha acelerado con tal rapidez que ha creado 322 millones de toneladas en el mundo, según el último estudio de Euroestat. La mayoría de plásticos son desechables de un solo uso que acaban como desperdicios en nuestro planeta. Con una mayor presencia en nuestros mares y océanos los plásticos se han convertido en un problema serio para la conservación del medio ambiente. Según la Unión Europea los plásticos de un solo uso representan cerca del 70% de los plásticos que contaminan nuestro planeta. Recientemente, la Unión Europea ha aprobado la prohibición de los plásticos de un solo uso a partir de 2021. Una medida que se suma a otras ya adoptadas como la de restringir las bolsas de plástico de usar y tirar, adoptada en 2015.

Cada vez es más evidente que la reducción de la generación de residuos tiene que ser la vía a adoptar para un planeta más sostenible. En esta línea, se empiezan a vislumbrar acciones encaminadas a este fin por parte de la Comisión Europea.

Recientemente, el Parlamento Europeo ha aprobado una directiva relativa a los plásticos desechables como la prohibición a partir de 2021 de productos de plástico desechable (platos, cubiertos, pajitas o bastoncillos). También entran en esta categoría los envases de poliestireno, expandidos sobre todo en los envases alimentarios y los oxodegradables. Por otro lado, El Parlamento Europeo también fijó plazos, puesto que en 2029 está previsto que el 90% de las botellas de plástico se recuperen y para el 2030 dichas botellas deberán contener un 30% de material reciclado. Por último, el parlamento también aprobó la obligación de incluir en el etiquetado de ciertos productos los efectos medioambientales que pueden tener sus envases.

Aun así, sectores ecologistas lamentan la lejanía de los plazos establecidos y la ausencia de objetivos vinculantes concretos por parte de los estados miembro de la Unión Europa. Las mediciones de impacto de actividad y la economía circular pueden llegar a resultar claves para la reducción de la contaminación. Conocer primero nuestro impacto para después poder establecer las medidas necesarias para reducirlo.

TÜV SÜD es una empresa acreditada por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña precisamente para realizar controles ambientales de las actividades y sus emisiones que sirven a las empresas para medir el impacto de sus actividades en el entorno. Conscientes de la importancia de la conservación de nuestro planeta realizan todo tipo de inspecciones para que los diferentes agentes puedan identificar primero donde está el impacto y posteriormente como reducirlo. La colaboración de todos los agentes es imprescindible para avanzar hacia una sociedad y entorno sostenibles.

Fuente: TÜV SÜD - ATISAE

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