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La escasez de financiación sigue siendo una limitación para el mid-market español: 3 de cada 10 empresarios considera que reducirá su capacidad de expandirse en el próximo año.

El saldo neto de empresarios españoles que prevén aumentar su inversión en I+D en los próximos doce meses se ha duplicado respecto a la segunda mitad del pasado año, pasando del 16% al 31%. Esta es una de las principales conclusiones de la encuesta económica International Business Report, en su especial sobre inversión y financiación, que la firma de servicios profesionales Grant Thornton elabora a partir de 5.000 entrevistas a altos directivos de más de 35 países, 400 de ellos en España.

Ese 31% sitúa a nuestro país por debajo de la media mundial en expectativas de inversión neta en I+D (36%), pero por encima de la europea (27%) y de países de nuestro entorno como Francia, Alemania o Reino Unido.

Por otro lado, las previsiones de inversión en tecnología descienden 6 puntos respecto a las que se expresaron hace un año, situándose en un 36%. Las destinadas a mejorar las habilidades y capacidades del personal bajaron 5 puntos, alcanzando el 31%; las dirigidas a nuevos edificios se redujeron en 4, con un 13%; y las relativas a instalaciones y maquinaria, descendieron en 2, situándose actualmente en un 24%.

Para Alejandro Martínez Borrell, presidente de Grant Thornton, “la inversión ha sido un componente clave del crecimiento de las empresas españolas en los últimos años. El descenso de las intenciones de inversión en todas las partidas, salvo en I+D, constata un clima de mayor prudencia empresarial de cara a los próximos 12 meses”.

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Para Carlos Fernández, Senior Advisor del área de Consultoría Tecnológica e Innovación de Grant Thornton y experto económico, “la mayor apuesta de nuestro tejido empresarial por invertir en investigación y desarrollo, consistente con la tendencia de las empresas de todo el mundo a invertir en calidad y no tanto en cantidad, impulsará nuestro gasto total en I+D en proporción al PIB, que hoy se sitúa en el 1,21% y se encuentra por debajo de la ratio alemana, francesa o británica”.

A nivel mundial, la proporción de empresas que prevén aumentar sus inversiones en capital fijo es la más baja desde la crisis –posiblemente como respuesta a la creciente preocupación por la escasez de pedidos y al aumento de la incertidumbre–, y, en cambio, las intenciones de inversión en I+D o en tecnología son mucho más saludables.

En concreto, el aumento neto previsto de la inversión en I+D de las empresas de todo el mundo es del 36%: el nivel más alto registrado desde 2010. Un panorama compatible con los esfuerzos de las empresas por abordar la cuarta revolución industrial y aplicar las nuevas tecnologías convergentes, como la inteligencia artificial, Blockchain, IoT, etc.

Carlos Fernández añade que “los programas de incentivos –que representan casi el 70% de toda la I+D acometida en los países de la OCDE– han favorecido fuertes aumentos en las expectativas de inversión neta en investigación y desarrollo. De entre todas las fórmulas posibles, los programas de desgravaciones fiscales permiten a las empresas dirigir las inversiones donde el mercado las necesita y adaptarse con flexibilidad a la continua innovación tecnológica”,”.

La escasez de financiación sigue preocupando a los empresarios españoles

Preguntados sobre en qué medida la escasez de financiación limita la capacidad de crecimiento de sus negocios, el 30% de los empresarios españoles la considera un importante contratiempo. Sin embargo, debemos destacar que este nivel se ha mantenido constante respecto al de la oleada anterior del estudio.

El dato se sitúa 5 puntos por debajo de la media mundial (35%), ligeramente por encima de la europea (28%), y hace que, en los países de nuestro entorno, solo estén más preocupados por la financiación los empresarios franceses y británicos.

Esa preocupación de los empresarios españoles es consistente con algunos aspectos de las encuestas de las condiciones de financiación en España y en Europa. En nuestro país se ha endurecido el acceso al crédito al consumo, y en Europa empeoran las condiciones aplicadas a los créditos empresariales, según los informes del Banco de España y del Banco Central Europeo. Así, el BCE ha recomendado que no se restrinja el crédito en caso de una desaceleración económica.

“La escasez de financiación sigue siendo una importante limitación para las empresas españolas del mid-market”, apunta Alejandro Martínez Borrell, quien explica que “los elevados niveles de endeudamiento de las empresas y la carga todavía elevada de los préstamos morosos en los balances de las entidades de crédito son obstáculos para el crecimiento del crédito en el futuro, especialmente a la luz de la creciente incertidumbre económica y del menor impulso del crecimiento”.

A nivel mundial, la escasez de financiación ha aumentado considerablemente desde el primer semestre de 2018, a medida que se han deteriorado las condiciones crediticias, sobre todo en Estados Unidos.

Como consecuencia, en una escala del 1 a 5, más de un tercio de las empresas de todo el mundo puntúan con un 4 o un 5 la afectación de la escasez de financiación en su capacidad para crecer. Si bien ese parámetro ha caído 3 puntos en un año, el balance de empresas que se muestran preocupadas por el acceso a la financiación es el más alto desde 2010.

“Los estudios sobre los préstamos bancarios apuntan además a un endurecimiento de las condiciones crediticias tanto en los mercados avanzados como en los emergentes, en un contexto en que la incertidumbre económica está provocando un aumento de las preocupaciones por el acceso al crédito”, ha añadido Carlos Fernández.