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El Impacto de los Family Office más allá de la inversión estratégica

Un análisis de las características específicas y el grado de profesionalización de las gestoras de patrimonio familiar en la Península Ibérica

El informe, elaborado por Deloitte y Family Office Managers Meetings (FOMM), muestra una radiografía completa que permite analizar el tamaño y la estructura de los activos en los que se invierte, pero también el grado de profesionalización, los protocolos de actuación y la gestión del legado familiar.

La encuesta, realizada entre junio y julio de este año a más de 50 gestoras de patrimonio de familias empresarias en España y Andorra, permite identificar tendencias, desarrollar nuevas ideas y descubrir cómo están afrontando la pandemia los Family Office.

¿Cómo son los Family Office?

El análisis demográfico de los Family Office en España muestra como cerca de la mitad se concentran en Catalunya (un 42%), comunidad a la que siguen en las primeras posiciones Galicia (15%), Madrid (9%), País Vasco (9%) y la Comunidad Valenciana (7%). Además, los datos recogidos muestran que en la mayoría (59%) conviven dos generaciones, algo que es generalizado en Andalucía y una excepción en el País Vasco, donde hay más generaciones conviviendo.

Lo habitual es que sean la primera (34%) o la segunda generación (43%) quienes lideren el Family Office. En este sentido, los datos en España se asemejan a los de otros países como Reino Unido, donde también es la segunda generación quien está al frente. Las diferencias con el mercado global se dan en el volumen de patrimonio gestionado. Mientras los estudios internacionales apuntan a que un 80% de los Family Office gestionan una media de 800 millones de euros, en España el volumen se mueve entre los 150 y los 750 millones de euros. Solo un 16% supera esa cifra.

¿Cómo ha impactado la pandemia por la COVID-19?

El estudio también muestra el impacto de la pandemia por la COVID-19 en las perspectivas que mantienen quienes dirigen los Family Office. El 90%, considera que la economía española comenzará a remontar la crisis en el segundo semestre de 2021.

En este contexto, las inversiones de los Family Office se concentran en el mercado inmobiliario (44%) y en los activos financieros (32%). Geográficamente estas inversiones se concentran en Europa (73%) y América del Norte (17%). Las inversiones más significativas, las inmobiliarias, se concentran en un 70% en proyectos comerciales, como oficinas, logística o retail.

Esta estrategia de inversión no se ha visto modificada por el impacto de la COVID-19 en el 55% de los Family Office encuestados, que se muestran firmes frente a la pandemia. Quienes han decidido posponer la puesta en marcha de algunas de sus inversiones dada la actual situación suponen un 29%.

La inversión en Private Equity y Venture Capital

En la línea de lo que sucede en otros estudios internacionales, su rentabilidad acerca a los Family Oficce a invertir en Private Equity y Venture Capital. Las dos motivaciones principales en este sentido son la necesidad de diversificación y la existencia de inversiones atractivas. En estas inversiones se buscan además sinergias con la empresa operativa o la identificación de sectores novedosos. La inversión, en gran medida, se dirige a fondos de inversión directa.

La COVID-19 no modificará las inversiones del 80% de los encuestados en Private Equity / Venture Capital, aunque cerca del 50% considera que las perspectivas en este ámbito han empeorado debido a la pandemia. Los Family Office consultados realizan este tipo de inversiones bien en solitario (44%) o coinvirtiendo con otro Family Office. El 'Club Deal', fórmula habitual en el ámbito internacional que suma a grupos de Family Office, apenas se da en España.

Para planificar sus inversiones, el 72% de los encuestados cuenta con asesores externos, principalmente focalizados en los activos financieros (66%), el mercado inmobiliario (52%) y los activos alternativos.

Gobierno corporativo y legado familiar

El 72% de los Family Office encuestados cuenta con asesores externos en su consejo de administración, lo que indica un alto grado de profesionalización. Sin embargo, solo un 42% cuenta con un sistema de evaluación que permite medir el grado de satisfacción de la familia. Este tipo de sistemas son comunes en los liderados por la tercera y cuarta generación, pero poco habituales en los demás.

En general, los sistemas de evaluación del desempeño siguen centrándose fundamentalmente en el rendimiento económico y no tanto en los servicios prestados a la familia o en su integración y cohesión.

En cuanto a la normativa interna, el 80% de los encuestados tiene algún tipo de reglamento implantado, destacando los que cuentan con un Protocolo Familiar (58%), una Política de Inversiones (55%), un Reglamento del Consejo (44%) y un Código Ético (27%).

El 63% de los Family Office no otorga a la familia política el derecho a trabajar dentro de la organización. Un porcentaje similar, el 62%, mantiene algún proyecto de filantropía o colaboración con la comunidad, destacando en este sentido los liderados por la tercera o cuarta generación.

En lo que coinciden casi todos los consultados es en su compromiso con el legado generacional. Un 87% cuenta con un plan para incorporar de modo paulatino a las generaciones más jóvenes. Los lazos internos se refuerzan normalmente mediante reuniones periódicas o formación de utilidad para el Family Office. También son comunes los eventos de carácter familiar, donde se incide normalmente en los valores que unen a la familia.

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Fernando Vázquez

Socio de Deloitte Legal