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No hay nada tan atractivo como crear en aquellos ámbitos que nos apasionan. Puede ser la jardineria, la comida, la pintura, la escritura, etc. Cuando encuentras lo que Ken Robinson denomina “el elemento”, es decir, aquello que te hace sentir a gusto, satisfecho, realizado, apasionado, entonces la creatividad fluye y los resultados son increíbles.

Esto es aplicable en la vida personal, pero mucho más dentro de la empresa. Y dentro de la empresa, más concretamente, a ese apartado que llamamos innovación, o simplemente diseño y desarrollo de productos/servicios nuevos para la empresa. La innovación no es creatividad, pero necesita incorporar la creatividad en sus procesos.

Para crear productos y servicios realmente novedosos y pertinentes, es preciso que las personas que participan en ellos sean creativas desde el primer instante. Esto nos ayudará no sólo a mejorar los resultados, sino a enamorar y seducir a las personas que componen los equipos de trabajo, animándolas a trabajar con pasión y a colaborar de forma más activa en las reuniones o los procesos.

El desconocimiento sobre la creatividad y sus procesos lleva habitualmente a las personas a dos errores de concepto:

  • pensar que la creatividad es cosa de artistas y diseñadores, en lugar de un proceso intrínseco a cualquier persona que quiera llevar adelante retos nuevos.
  • creer que todo es decir: “hala, me voy a poner a crear”, y las cosas surgen por arte de magia.

La creatividad es, ante todo, trabajo. Crear un servicio o un producto significa horas y horas de estudio. Requiere información y documentación sobre la situación actual, el histórico de ese producto o servicio, las referencias o ejemplos ya existentes fuera de la empresa…

Es aplicar herramientas y técnicas que faciliten llegar a ideas diferentes, todas ellas ligadas a la experiencia de las personas que asisten a las sesiones como al conocimiento que tienen sobre el producto, el mercado, etc., y, cómo no, a la actitud creadora.

La creatividad es, ante todo, trabajo. Crear un servicio o un producto significa horas y horas de estudio.

Si la innovación necesita creatividad, la creatividad necesita talento. Dentro de la empresa, olvidados detrás de montones de papeles o acallados por el sonido de las máquinas y los teléfonos móviles, las empresas suelen tener ocultos sus talentos.

Talentos que a menudo están por descubrir, o sencillamente han sido olvidados por culpa de las exigencias del día a día, la velocidad del mercado y las dificultades propias del mismo. Pero talento que a toda empresa que se precie le conviene y mucho recuperar o descubrir.

Son muchas las teorías y estudios que asocian el conocimiento con el talento. Cuando hablamos de conocimiento no estamos haciendo referencia a un conocimiento tácito ni explícito, sino a un conocimiento mucho más global.

No sólo el conocimiento sobre la empresa, o sobre cómo se deben hacer las cosas en ella, sino un conocimiento creado por el estudio de tendencias, sobre la experiencia de otras disciplinas diferentes a las principales de la actividad, a la lectura de artículos o libros, etc. Lo llamaremos Conocimiento Global.

Pero ¿qué es el conocimiento global y como se liga éste con el Talento?

El conocimiento global es todo aquel expertise generado bajo la base de un conocimiento explícito o tácito, pero con una visión más global de las cosas, aumentando así el conocimiento personal de aquellas personas que lo desarrollan.

Es un conocimiento más holístico, donde las personas forman su propio criterio basado en el estudio, la reflexión y las experiencias diferentes. En la empresa normalmente existen personas que atesoran este tipo de conocimiento.

Normalmente se las distingue porque son personas con una gran intuición, una importante dedicación a su trabajo, una gran capacidad de resolver problemas con agilidad y, a menudo, un poco extravagantes. Son los intracreativos.

Es éste el tipo de personas que deberíamos encontrar o descubrir dentro de la empresa para liderar los procesos creativos e innovadores. Dotándolos de herramientas de creatividad, los intracreativos pueden hacernos más competitivos a nivel estratégico como equipo u organización, al mismo tiempo que disfrutan más de su trabajo.

Así pues… ¡¡¡Busquémoslos!!!!

Jose Enrique García, Director General de Equipo Humano.