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Master Data Management (MDM) es un nombre relativamente nuevo para un tema que lleva preocupando a las organizaciones durante años: la necesidad de obtener y distribuir datos consistentes a través de los distintos sistemas, bases de datos y aplicaciones departamentales, superando tanto barreras tecnológicas como organizativas, con el fin de obtener una visión unificada de los datos a través de la empresa e incluso de manera extendida a su entorno de negocio (proveedores, partners, filiales, etc.).

Aunque el problema no es nuevo, MDM se ha convertido de manera muy rápida en el principal foco estratégico para muchas organizaciones a nivel mundial, como evidencia el número cada vez mayor de publicaciones, organismos, proveedores de tecnología y estudios por parte de analistas sobre esta disciplina. La prueba de la eclosión del MDM es que, según IDC, este mercado generará un volumen de negocio de 10.400 millones de dólares en el 2009 a nivel mundial, con crecimientos anuales del 14%, siendo el único mercado que va a crecer a este ritmo tanto en software como en servicios.

Sea como sea, MDM no es una terna de siglas de moda más a las que estamos acostumbrados cada cierto tiempo los que nos movemos en el entorno tecnológico , sino un verdadero cambio de paradigma que ha llegado aquí para quedarse y que afectará la manera de abordar iniciativas estratégicas en los próximos años. De hecho, las principales motivaciones para la adopción de MDM son la mejora del conocimiento y retención del cliente, la gestión unificada del riesgo empresarial, el cumplimento normativo (compliance), la integración de procesos derivados de fusiones y adquisiciones o la mejora en la efectividad de las ventas, entre otros imperativos actuales de negocio. MDM se puede definir como la disciplina que permite gestionar los datos master de una organización (clientes, proveedores, activos, productos, etc.) con el fin de crear una única fuente fiable de referencia que mantiene los datos actualizados, con calidad y consistentes. De esta manera, MDM permite crear una visión completa, actualizada y unificada de los datos master en cualquier momento a lo largo de su ciclo de vida.

Cuando nos referimos al Cliente, que es el dato master por excelencia en la mayoría de las organizaciones, hablamos de Customer Data Integration (o CDI), mientras que si se aplica al Producto, entonces hablaremos de Product Information Management (PIM).

MDM es un principio fundacional, que va más allá de la pura integración y estandarización de los datos, para obtener una verdadera fuente de confianza de los mismos y poder, a partir de ahí, mejorar la toma de decisiones, la eficiencia operacional, la satisfacción del cliente y la generación de nuevas fuentes de ingresos y beneficios, entre otras ventajas de negocio y tecnológicas. El principio revolucionario que acompaña MDM es que los datos se pueden desacoplar de las aplicaciones, conciliarlos sintáctica y semánticamente en un hub de referencia centralizado y ser distribuidos como un servicio a las aplicaciones iniciales o a otras aplicaciones distintas a las que originaron los datos, así como alimentar Data Warehouses para Business Intelligence u otros entornos analíticos o transaccionales.

Gracias a este principio del “dato como servicio”, MDM se enlaza además con otra estrategia, SOA. Los expertos ven el MDM como un paso necesario antes de abordar una arquitectura orientada a servicios, ya que uno de los retos pendientes de SOA es precisamente la necesidad de resolver primero las inconsistencias de los datos.

Con MDM estamos sacando a los datos de su “caja negra”, situándolos en el centro de la gestión. E incluso dar un paso más a nivel estratégico y por tanto definir, a partir de ellos, políticas, estándares y procesos que determinen el uso, desarrollo y gestión de los datos a nivel corporativo en lo que se ha venido a llamar el Data Governance. Por supuesto, como la mayoría de los proyectos importantes, MDM requiere el compromiso a nivel de dirección y la colaboración entre los departamentos de negocio y tecnológicos. Ciertamente esto va a suponer abordar retos importantes por parte de las organizaciones, ya que a menudo son las barreras organizativas y políticas- más incluso que las tecnológicas- las más difíciles de superar.

La receta es que ya ha llegado el momento de pensar en los datos como un activo estratégico a nivel corporativo y como tal, al igual que otros activos económicos, debe ser gestionado para evitar que se deteriore. Aumentando el valor de los datos, aumentará sin duda el valor de su negocio. De hecho, como reza el titular del artículo parafraseando al divertido Buzz Lightyear de Toy Story, el MDM nos lleva hacia la verdadera visión integral de los datos y… ¡más allá!

Carme Artigas

Cuenta con amplia experiencia en cargos directivos en empresas y administraciones públicas del sector de las telecomunicaciones y tecnologías de la información, destacando su labor como Directora General de Ericsson Innova, el fondo de capital riesgo tecnológico del Grupo Ericsson. Ha sido consejera independiente de numerosas compañías tecnológicas. En el ámbito público ha sido Gerente de l’Administració Oberta de Catalunya, Directora del área de Empresas de Barcelona Activa y miembro de varios consejos asesores para el desarrollo de la Sociedad de la Información.