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Cómo será el mercado laboral del futuro? ¿Qué influencia tendrá la tecnología, la automatización y la inteligencia artificial en donde y como trabajamos? Los cierto es que la forma en la que trabajamos está atravesando un proceso de transformación sin precedentes. La automatización y las “máquinas inteligentes” ya son capaces de realizar tareas que antes solo eran propias de las personas y, en consecuencia, las capacidades y conocimientos que buscan las empresas están cambiando. Todo este tsunami de transformaciones pone sobre la mesa retos de primer nivel para los responsables de Recursos Humanos de las compañías, en un momento en el que el mundo de los negocios se enfrenta a más riesgos y más acontecimientos disruptivos que nunca.

El informe Workforce of the future: the competing forces shaping 2030, elaborado por PwC y el Said Business School (Oxford), recoge la opinión de más de 10.000 empleado en India, Alemania, China, Reino Unidos y Estados Unidos, sobre el impacto de las tecnologías, la automatización y el futuro del mercado laboral. El documento concluye que la tecnología es vista por los profesionales como un facilitador en el mercado laboral. El 65% de los encuestados se muestra convencido de que mejorará sus perspectivas de trabajo. Aunque esta convicción varía por países: en Estados Unidos -73%-, o India -88%-, están más de acuerdo que en Alemania -48%- o el Reino Unido -40%-. De hecho, un 73% considera que la tecnología jamás podrá sustituir a la mente humana, y un 86% que las habilidades humanas siempre tendrán demanda.

Esto no significa, sin embargo, que no haya preocupación por los efectos que la automatización pueda tener en el empleo. El 37% de los encuestados cree que puede poner sus puestos de trabajo en riesgo y un 56% considera que los gobiernos deberían poner en marcha algún tipo de medidas para proteger los puestos de trabajo de la automatización.

Pero en este contexto totalmente cambiante y disruptivo, si hay algo que los profesionales que actualmente se encuentran en el mercado laboral tienen claro es que quedarse ‘oxidado’ no es una opción. El 74% de los encuestados en el estudio es consciente de la necesidad de ‘reciclarse’ y aprender nuevas habilidades para seguir activos en el mercado laboral. Una responsabilidad que la ven como suya y no necesariamente de la compañía.

El estudio revela, por tanto, un auténtico cambio de mentalidad: ya no vale con tener una formación, unos conocimientos y un trabajo para toda la vida; es necesario adquirir nuevas capacidades cada pocos años, y acompañar estos con el desarrollo de habilidades interpersonales como la gestión de riesgos, el liderazgo o la inteligencia emocional. Todo ello para contar con un empleo muy distinto al que hemos conocido tradicionalmente. El 60% de los profesionales cree que, en el futuro, muy poca gente tendrá un empleo estable y de largo recorrido.

Cuatro escenarios para el mercado laboral en 2030

El informe recoge las cinco grandes tendencias que están agitando el mundo empresarial: los enormes progresos en el campo de la innovación tecnológica, los cambios demográficos, el enorme crecimiento de las ciudades como centros de población, el vuelco del poder económico desde los países desarrollados a los emergentes y la escasez de recursos naturales y el cambio climático. Y a partir de ellas y del análisis de la evolución de otros factores -la individualización frente a la colectivización o el triunfo de las grandes corporaciones frente al de la fragmentación empresarial- establece cuatro posibles escenarios de cómo será el mercado laboral en 2030.

Y en estos cuatro mundos la automatización jugará un papel fundamental. En la medida que las tareas se vayan automatizando, gracias a la inteligencia artificial y a complejos algoritmos, los trabajos se irán redefiniendo y reclasificando de forma masiva. Sectores y posiciones enteras desaparecerán del mercado laboral pero surgirán otras. La automatización no sólo transformará los tipos de trabajo disponibles, sino también la cantidad y su valor percibido. Con la sustitución de aquellos trabajadores dedicados a labores más rutinarias y repetitivas, se amplificará el valor de los profesionales resolutivos, creativos y con mayores capacidades de liderazgo. En definitiva, aquellos trabajadores que sean capaces de realizar las tareas que no pueden ser automatizadas, serán más relevantes.