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¡Hay que reducir stock!

Cuantas veces no habré escuchado estas palabras en algún momento dentro de las diferentes organizaciones para las que hemos estado realizando proyectos.

A menudo, cuando la dirección de una empresa revisa las cuentas para ver dónde está y en que se ha gastado el dinero, se da cuenta que una parte de él se encuentra invertido en producto que está parado en el almacén. Bien pueda ser en forma de materia prima comprada a proveedores o en forma de producto propio fabricado internamente (en caso de empresas productoras).

Poner solución a un problema de sobre stock no es sencillo ni trivial. Uno no puede decidir, sin más, que a partir de un cierto momento la organización va a trabajar con un nivel inferior de stock. Hay que tener muy presente que sí, una parte del stock puede venir de una decisión, de querer tener más cantidad de la necesaria, bien por cautela, bien por desconocimiento. Pero también es cierto que buena parte del stock es una consecuencia inevitable de como la organización está trabajando. Este último tipo de stock no es posible reducirlo con solo vaciar el almacén.

Los procesos, el layout de planta, los tiempos de entrega, el equilibrado de tiempos entre las diferentes actividades, etc. pueden ser motivos por los cuales una organización tenga un cierto nivel de stock. Por tanto la decisión de vaciar el almacén lo que va a conseguir seguro es tener un paro de producción. En algún punto del proceso seguro que una actividad va a quedar parada por falta de material.

Eso no quiere decir en modo alguno que el nivel de stock no pueda ser reducido. Simplemente es que no puede reducirse de este modo. El camino correcto es realizar un análisis del proceso, entender qué parte del stock es sobrante y que parte depende del proceso. Y en este segundo caso, entender que partes del proceso lo provocan y que se puede hacer para modificarlo.

Una buena parte del nivel de stock es una consecuencia del proceso productivo.

La forma de entender los procesos que promueve la filosofía Lean Management converge de manera absoluta con la voluntad de trabajar con el mínimo stock posible. De hecho uno de los 7 desperdicios a eliminar o reducir tipificados por el Lean, es el propio stock. Dicho stock es considerado un desperdicio no solo por la cantidad de dinero invertido en una mercancía que está parada en el almacén, sino también porque conlleva una serie de costes asociados nada despreciables. El coste de almacenaje, coste de mantenimiento, riesgo de obsolescencia, etc.

Por tanto, antes de reducir stock, hay que conocer cuáles son los niveles mínimos requeridos por el sistema para que no se bloqueé y a este nivel es al máximo que se puede reducir. Si no es suficiente para la organización, hay que realizar un análisis más exhaustivo de los procesos y mejorarlos.

El lean Management puede ser un gran aliado para conseguir estos objetivos.

Ramón Alcón.
Consultor Senior de Operaciones en Seidor