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El mercado ya ofrece soluciones de gestión empresarial con lo mejor de la tecnología estándar y del desarrollo a medida.Se trata un mercado, el del ERP, que está vivo y se actualiza constantemente, lo que no debería obligar a renunciar a las ventajas competitivas sostenibles de cada empresa.

La elección del software ERP constituye una decisión crucial para cualquier empresa. Escoger al proveedor y producto adecuado puede permitir obtener grandes resultados, o por el contrario, puede complicar los planes a futuro de dicha compañía, que se ve limitada por una herramienta que no da la respuesta esperada ante los retos propuestos.

Una pregunta que deberíamos hacernos es por qué cambian las empresas de proveedor de ERP. La primera razón, en dos de cada tres empresas que buscan sustituir su ERP, es porque el proveedor o el producto utilizado ha desaparecido. Por lo tanto, hay muchas empresas que necesitan un cambio porque el ERP utilizado ha quedado obsoleto, sin actualizaciones y, lo que es más grave, sin un interlocutor al que dirigirse.

Un segundo motivo responde a la escasa solvencia de algunos proveedores que no pueden dar respuesta a lo que le demanda la empresa y justifican su incompetencia con horas y horas de proyecto —y de facturación— con el correspondiente menoscabo para la compañía.

Y ante el nuevo proveedor y producto ¿Qué criterios debe el empresario tener en cuenta? No basta con que la tecnología sea prometedora, muy potente o con funcionalidades muy avanzadas. Además, debe aportar diferenciación al cliente, aportar señas de identidad de cada negocio, cruciales para competir mejor. También debe ser flexible y permitir adaptarse a los cambios continuos del mercado, a la evolución de la tecnología y a la propia regulación de cada zona geográfica. Y porque vivimos en un mundo global, el inmovilismo no es una opción a la hora de operar en el mercado. La figura del integrador en este caso resulta fundamental.

A grandes rasgos, hay dos opciones principales, aunque con matices, a la hora de seleccionar un ERP. La primera es la estándar, que en ocasiones parece más fácil de implantar pero que esconde la dependencia de una sola tecnología. Esto supone un riesgo ya que, si cae en desuso, de nada habrá servido el esfuerzo y tiempo invertido en ella.

La otra alternativa es el desarrollo a medida, con miles de horas de integración. Aquí el riesgo es que esa inversión quede desactualizada en cuanto haya cualquier cambio competitivo o normativo. Si esto ocurre, nos enfrentamos a la posibilidad de que toda la inversión se pierda a la mínima que se produzca cualquier cambio regulatorio o que, simplemente, no se puedan aprovechar algunas de sus funcionalidades. Peor aún, esto puede hacer que esa empresa se vea atada a una tecnología con 10 o 15 años de antigüedad, y seguro que su empresa no es la misma que hace 10 o 15 años.

¿Tecnología estándar o desarrollo a medida? No todo es blanco o negro, podríamos considerar una tercera opción. Teniendo en cuenta que no hay dos empresas iguales, ¿Por qué su ERP debería serlo? ¿Y por qué renunciar a un software de gestión empresarial que reúna lo mejor de ambos y esté plenamente actualizado?

Existe un tipo de software de gestión empresarial, que permite la convivencia de ambos mundos. Un modelo estándar que, a la vez, es capaz de incorporar todas las ventajas competitivas del desarrollo a medida. Es decir, tecnología que se adapta a las necesidades concretas de cada empresa, sin prescindir de la evolución tecnológica o funcional de un producto estándar. Una alternativa con la capacidad de actualizarse periódicamente, sin perder las ventajas competitivas sostenibles. Y todo ello de forma autónoma, para que la empresa siempre sea dueña de su propio destino... y por supuesto en distintas modalidades de cloud u on premise lo que cada cliente prefiera.

Este tipo de productos — que aúnan lo mejor del estándar y el desarrollo a medida— han dinamitado el paradigma establecido de soluciones encorsetadas. Unos ERP que indefectiblemente te hacían escoger entre un escenario u otro, siempre renunciando a alguna ventaja. Por este motivo, hay que desconfiar del sello “esto solo funciona con”, porque si todo es de la misma tecnología, y ésta es efímera, puede ocasionar la obligación de volver a invertir.

El leitmotiv de esta nueva generación de soluciones pretende dar respuesta al cambiante y vertiginoso escenario derivado de la transformación digital. Se trata de ERPs que están vivos y se actualizan constantemente. Algo que no obliga a renunciar a las ventajas competitivas sostenibles de cada empresa.

Isidro Velis - Product Manager de ekon