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El sector de las insfraestructuras continúa enfrentándose a la mayor crisis de los últimos 50 años, con volúmenes de actividad que han caído a la cuarta parte de los niveles previos a la crisis, y las perspectivas para los próximos años no son positivas.

El plan de estabilidad enviado por el Gobierno a la UE prevé el mantenimiento del nivel actual de inversión y sin una apuesta decidida por los programas de colaboración público-privada, ni los planes de inversión anunciados por la Administración tienen la magnitud suficiente para representar un cambio de tendencia que permita la recuperación del sector, en el que continúan presentes un gran número de empresas que, en muchos casos con grandes problemas, han logrado sobrevivir a la crisis.

Por otro lado, la actividad internacional tiene unas excelentes perspectivas de crecimiento dadas las previsiones de incremento de la inversión a nivel mundial, basadas en los mercados emergentes y en algunas economías desarrolladas que necesitan una renovación de sus infraestructuras. Esta internacionalización no está exenta de riesgos, ya que las dinámicas competitivas del sector a nivel internacional están diseñado un escenario de gran competencia y mucha agresividad en las licitaciones, con asunción de riesgos relevantes por algunos licitadores que han supuesto que la mayor parte de las principales constructoras de todo el mundo promedien bajos márgenes de explotación (ligeramente superiores al 3%) y hayan tenido que reconocer pérdidas relevantes.

En este contexto nacional sin sólidas perspectivas de mejora y con un mercado internacional con dinámicas competitivas muy agresivas y complejas, las empresas están inmersas en un proceso de mejora de sus controles de riesgos en la fase de licitación y de sus herramientas de seguimiento en la ejecución de proyectos internacionales, dado que a corto y medio plazo el éxito del proceso de internacionalización, junto con la diversificación de actividades, parecen las únicas alternativas para garantizar la viabilidad de las empresas del sector.

Javier Parada, socio de responsable del sector de Infraestructuras en EMEA de Deloitte.