El mundo en el que los actuales mandamases de las empresas familiares dieron sus primeros pasos profesionales cada vez se parece menos al de hoy. La nueva generación que viene está, probablemente, más preparada, mejor formada y, en muchas ocasiones, ha vivido en el extranjero y cuenta con experiencia internacional.
Entra en el negocio familiar con extraordinarias cualificaciones académicas, experiencia práctica, una perspectiva global y una red de amigos y contactos en todo el mundo. Estos recursos tienen un valor incalculable, y pueden beneficiar enormemente tanto a los jóvenes directivos como a sus familias. Pero, ¿qué planes de futuro baraja esta generación para la empresa que van a heredar?
El estudio Same passion, different paths elaborado por PwC -a partir de 35 entrevistas en profundidad y 200 on-line a la próxima generación de empresarios familiares de 20 países, e identifica hasta cuatro perfiles distintos. Veámoslos:
Las nuevas generaciones están dispuestas a afrontar los retos del nuevo entorno tecnológico, pero a menudo lo hacen a un ritmo que incomoda a sus predecesores.
Aunque los enfoques empresariales de estos cuatro grupos pueden parecer muy diferentes, nuestro estudio también revela similitudes, derivadas del deseo de todos ellos de hacer una contribución personal al futuro de la empresa. Y las nuevas generaciones pueden hacerlo, especialmente en ámbitos como la digitalización, la innovación, la profesionalización, la diversificación e impacto social del negocio.
Sin embargo, estos jóvenes se encuentran con algunos obstáculos a la hora de impulsar cambios en estas áreas. Por ejemplo, el 82% de los encuestados cree que la innovación es esencial, pero solo el 15% piensa que su negocio familiar la implementa con eficacia. Y aunque el 56% dice desempeñar un papel clave en promoverla dentro de la empresa, el 29% reconoce que podría involucrarse más (y un 16% afirma no estar interesado).
Mención aparte merece la digitalización. No es sorprendente que los jóvenes lideren el cambio en el sector. Como nativos digitales, se sienten mucho más cómodos que sus padres con la tecnología y entienden tanto las posibilidades, como los riesgos que entraña. El estudio revela que el 36% de los jóvenes empresarios pertenecientes a la siguiente generación familiar cree que los directivos de hoy no entienden del todo el potencial de las nuevas tecnologías. Y resulta significativo que más del 75% esté convencido de que es esencial disponer una estrategia empresarial adecuada para la era digital y solo el 7% considere que su empresa la tenga.
Las nuevas generaciones consideran que es difícil avanzar, más allá de renovar la página web corporativa. Llevar a cabo una verdadera digitalización de los procesos requiere de mucho más esfuerzo e inversión, por lo empresarios familiares actuales dudan a la hora de acometerla.
En definitiva, parece que es aquí donde el salto generacional sigue siendo realmente importante. Las nuevas generaciones están dispuestas a afrontar los retos del nuevo entorno tecnológico, pero a menudo lo hacen a un ritmo que incomoda a sus predecesores. Sin embargo, todas las empresas –incluidas las familiares-, tienen que afrontar el reto de la digitalización, incluso aquellas que se crean inmunes.
En cualquier caso, y dadas las distintas opciones que barajan hoy los jóvenes empresarios familiares, el principal reto de la actual generación de directivos está claro: formar a sus sucesores, equipándoles para que estén preparados para triunfar en cualquiera de los cuatro caminos que elijan en el futuro.
Socia líder en España del Departamento de Grandes Patrimonios y Empresa Familiar