Hace mucho, mucho tiempo, se llegó a la conclusión de que todo conocimiento empieza por la experiencia. Una base a partir de la cual se han ido construyendo las sociedades modernas y muchos de sus avances. De forma que siempre estamos en busca de nuevas experiencias que traigan consigo más conocimiento. La Realidad Aumentada y la Realidad Virtual entran de lleno en este saco y van a tener un enorme impacto en la economía mundial. Pero, antes de nada, ¿sabemos en qué se diferencian?
Estas dos nuevas Realidadess tendrán un impacto en la economía mundial de 1,5 billones de dólares en 2030 y generarán más de veintitrés millones de puestos de trabajo. Se dice pronto. Al menos, eso es lo que concluye el último informe de PwC, ‘Seeing is believing: how virtual and augmented reality are transforming business and the economy‘.
A pesar de que no son tecnologías estrictamente nuevas, los beneficios que pueden generar, ahora, son mucho mayores: mejorar la experiencia de los consumidores, la formación de los empleados, el desarrollo de productos y abrir nuevas oportunidades de negocio. Algunos sectores, como los automoción o de entretenimiento y ocio, ya las están utilizando para conectar más y mejor con sus públicos.
La madurez y la sofisticación que están alcanzando estas tecnologías hace que sea el mejor momento para explorar nuevos filones en este campo y algunos países ya se han dado cuenta. Estados Unidos, por ejemplo, verá impulsada su economía en 537.000 millones de dólares (un 2,83% del PIB) en 2030, gracias a la RV y la RA. Y será testigo de la creación de más de 2.300.000 puestos de trabajo. En China y Japón el impacto será de 183.300 y 143.200 millones de dólares, respectivamente. En Europa tenemos los ejemplos de Finlandia, Alemania, Reino Unido y Francia que, según el documento, aumentarán el PIB un 2,64%, un 2,46% , un 2,44% y un 0,73%, respectivamente, y crearán en conjunto más de un millones de empleos. Hay mucho dinero y mucho empleo en juego. (Consulta el impacto por países.)
El informe señala, además, algunas actividades que se verán especialmente beneficiadas y a las que también pone cifras en términos de su efecto en el PIB mundial. Son las siguientes:
Pero no debemos olvidar que todo nuevo conocimiento repercute, de un modo u otro, en nuestra cultura. La desconfianza y la confusión son reacciones habituales ante la novedad. Siempre se mira con cierto recelo los avances tecnológicos porque no sabemos cómo nos va a afectar realmente. Por eso, la responsabilidad está en que las empresas eduquen en su uso y en sus beneficios. Se antoja crítico hablar de estas cuestiones con los consumidores, resolver dudas y aclarar sus preocupaciones.
Todo gran avance requiere de una gran inversión inicial. A pesar de que la tecnología es cada vez más barata, para algunas empresas es difícil hacer el desembolso para adquirirla por las dudas respecto a sus posibles beneficios. Por eso, es necesario no pensar solo en los costes, sino en el retorno. De hecho, a día de hoy estas tecnologías ya están generando beneficios por valor de 46.000 millones de dólares a nivel mundial. Hay motivos para dudar de su efectividad.
Armando Martínez-Polo - Socio responsable de Consultoría Tecnológica