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El problema

Al hablar de viabilidad, consideramos las posibilidades de llevar a cabo un proyecto o empresa. La inviabilidad representa, por contra, su imposibilidad.

Son muchas las empresas de las que tenemos referencias y que han tenido que plantearse o enfrentarse a esa situación, con diferentes causas de origen, como Kodak, Bankia o Abengoa.

Algunas de esas causas son estructurales (como la inadaptación a las nuevas tecnologías aplicables al sector, cambios regulatorios y normativos, incorporación al mercado de nuevos actores internacionales) y otras son coyunturales (por fuertes pérdidas extraordinarias o mantenidas en el tiempo, aparte de por inesperados, por efecto de la competencia o por ausencia de previsión o mala gestión directiva, etc.).

Y los efectos de dicha inviabilidad son muy variados, entre otros, la imposibilidad de cumplir con las obligaciones de pago por quiebra en la liquidez, la causa legal de disolución de la sociedad con obligación de reestructuración financiera y recuperación del patrimonio, el incremento desmesurado de la deuda, o una situación preconcursal y concursal, pudiendo llegar incluso a la pérdida parcial o total del control de la sociedad, o a un proceso de liquidación con sus nefastas consecuencias legales.

En todos los casos supone una enorme pérdida del valor de la inversión y de sus retornos, también de la imagen de la empresa en el mercado.

En su gran mayoría, como directivos o empresarios, podemos actuar proactivamente en su (1) prevención, poniendo a tiempo los medios necesarios para evitar traspasar ese deadline, o en caso más desesperado, en su (2) corrección, toda vez que la situación se ha alojado en la empresa o unidad de negocio, y ya como poco quedará una fea cicatriz.

La solución

La contratación de un servicio de interim management se convierte en una solución adecuada y óptima para el problema planteado, tanto en su prevención como en su corrección, en los casos en que no existe en la empresa capacidad directiva para ello, experiencia previa en este tipo de procesos, o no quiere utilizarse personal empleado para no “quemarlo”.

El interim manager es un profesional con experiencia demostrada en gestión de crisis, o turnaround, que con numerosas situaciones exitosas de servicio similares aplica las técnicas y conocimientos adquiridos, teniendo un objetivo prioritario que es la devolución de la empresa a la vía de la rentabilidad, desde los dos enfoques:

  1. Preventiva, poniendo todos los medios para evitar con antelación cualquier efecto de inviabilidad de negocio, llevando a cabo acciones de reestructuración económica y financiera, de planificación estratégica y su comprometida ejecución, de reorganización de la estructura de personal y operaciones, o de potenciación comercial, y recurriendo si fuese necesario a sus referencias y contactos labrados durante su trayectoria profesional (proveedores estratégicos, potenciales clientes, fuentes o fondos de capital, etc.).
  2. Correctiva, en plan de choque y acción desde la incertidumbre empresarial, haciendo especial hincapié en el apoyo con capital externo para la continuidad de la actividad hasta la corrección de las causas que originaron la situación de inviabilidad, ya con efectos visibles y evidentes.

En ambos casos, el interim management se conforma como una solución flexible y eficaz para un problema de enorme relevancia e impacto sobre la empresa y el empresario.