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Se les conoce también como la ‘Generación Y’, son los nacidos a partir de 1980, un espectro cada vez más amplio de hombres y mujeres que han roto moldes y han revolucionado los hábitos de compra pillando desprevenidas a muchas compañías que asisten sorprendidas a la consolidación de un nuevo modelo de consumidor. La disyuntiva se plantea bien clara: o hablas el idioma de los Millenials o te quedas fuera.

Su manera de ver el mundo y, en consecuencia, el consumo no se puede entender sin la tecnología. Son nativos digitales que han crecido con palabras como SMS, WIFI, smartphone o Whastapp y que saltan indistintamente del mundo real al universo digital. No tienen dudas sobre la viabilidad del comercio electrónico porque saben que viven en un mundo globalizado sin fronteras digitales. Aunque el comercio tradicional sigue siendo una constante importante en esta generación, el número de consumidores que ha dejado de pisar las tiendas aumenta sin freno, según el último ‘Estudio de consumo navideño’ publicado por Deloitte.

La mayor parte de los Millenials no ha usado nunca una cabina telefónica. Son la generación de los smartphones y están las 24 horas del día pegados al móvil. No entienden las fronteras digitales, pero tampoco los horarios. Son devotos de un comercio ininterrumpido: cuándo y dónde yo quiera.

Lo han visto casi todo y son duros de roer en el campo de la seducción. Para ganárselos es imprescindible ofrecerles una experiencia de compra única e irrepetible, ya sea en la tienda o en la web. De ahí, que términos como user experience hayan empezado a cobrar mucha fuerza. Son consumidores exigentes, pero leales hasta decir basta. Por eso, es importante identificarlos entre la clientela y aplicar determinadas estrategias de fidelización.

Por lo general, tienden a sentirse identificados con la marca, a convertirse en fans y en defensores acérrimos de sus valores. Le piden más que otros clientes y esperan tener con ella una relación bidireccional a través, principalmente, de las redes sociales, una herramienta fundamental en sus vidas que también usan para informarse de los nuevos productos y para premiar o castigar a las empresas que no entran dentro de sus expectativas.

Muchas compañías se ponen la venda y niegan esta realidad, pero lo cierto es que los Millenials son el presente y el futuro del comercio. La existencia de nuevos consumidores requiere dos cosas: voluntad de cambio por parte de las empresas y un replanteamiento de sus estrategias y objetivos.