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Hace pocos días leía en un foro que muchas empresas estaban empezando a prescindir del departamento de RRHH. Algunos de los usuarios opinaban que esto era una consecuencia lógica del “mal” uso que se había hecho de dicho departamento pero que, por otra parte, si éste dejara de existir como tal, se estarían obviando muchas funciones vitales para el funcionamiento de las empresas. Funciones que tienen que ver con el correcto aprovechamiento y desarrollo de las personas, que son las que en realidad mantienen vivas a las organizaciones.

Después de darle vueltas a este tema tan controvertido y cuestionarme varios asuntos se despertó en mí la abanderada que llevo dentro, ya que considero que lo que no debería faltar en una empresa es este departamento. 

Es el momento perfecto de rescatar la esencia de los recursos humanos, y dejadme que utilice simplemente el término PERSONAS, en mayúsculas, para referenciar a dichos “recursos”, pues lo que me gustaría plantear es la NECESIDAD, en mayúsculas de nuevo, de tomar conciencia de que somos seres racionales y emocionales que dedicamos nuestra vida al progreso. Progreso profesional, y también personal, que forma parte del contrato psicológico que cada persona mantiene con la entidad de la que forma parte. Un progreso que debe ser alimentado desde la entidad a través de distintas acciones (Planes de carrera, Formación, Promociones, , Grupos de Mejora, Gestión del Talento, Cuestionarios de satisfacción…)

Las organizaciones no deberían prescindir del departamento de PERSONAS. Por el contrario, lo que deberían hacer es adaptarlo a las necesidades de cada empresa, alineándolo siempre con su cultura organizativa y su plan estratégico, cometiendo el error de ELIMINAR ANTES DE ADAPTAR.

Se buscan personas que se dediquen a las personas

Dejadme hacer un símil. Cuando nace un bebe se le recibe de la mejor manera posible, se presta atención a cualquier señal que realiza, se le cuida para que esté lo mejor posible, poco a poco se le enseñan normas y conductas para que vaya adaptándose al entorno. Unas veces se le riñe por no hacer lo que corresponde y otras se le premia por comportarse como se espera, se le acompaña y guía continuamente para darle confianza y, sobre todo, seguridad. Se le ofrecen oportunidades en la vida para que sea mejor persona y se le ayuda a barajar alternativas para encontrar verdaderamente su lugar. Normalmente son los padres, los hermanos, los familiares cercanos, los amigos, etc., quienes van a su lado para emprender este camino. 

Este mismo proceso podríamos trasladarlo a la empresa y trazar una línea recta con etapas similares. Y yo me pregunto: cuando un trabajador inicia su ciclo en una empresa, ¿quién sirve de apoyo a su trayectoria? ¿Quién ejerce el papel que para un bebé ejercen los padres y familiares en el ejemplo anterior?

Ésa es la persona que buscamos, la que se responsabiliza del desarrollo del trabajador y de su satisfacción

Continuando con el símil de la familia, en ellas normalmente todos sus miembros arriman el hombro hacia el mismo objetivo, atravesando con gran esfuerzo las situaciones complicadas y dando el máximo de cada uno por aquello que les importa. Quizás, resulte positivo recuperar este concepto de familia para darnos cuenta que independientemente del puesto que ocupamos dentro de la jerarquía de la organización, es necesario crear una serie de normas de relación que todos respetemos, es necesario crear el caldo de cultivo donde se crea esa gran familia, y para esto es necesario la figura del departamento de recursos humanos.

A riesgo de parecer utópica planteo el vínculo familiar como la necesitada unión perfecta que desean las empresas de sus empleados y la demanda de una figura que esté pendiente de todos. Pero también he de reconocer una cosa ¿acaso los vínculos familiares son fáciles? Hasta en las mejores familias hay desavenencias pero cuando existe verdadera necesidad, se liman asperezas y se aúnan esfuerzos porque claramente se distingue un bien común más importante que cualquier otra cosa con la que, a priori, no se estuviera 100% de acuerdo.

Es por ello, que los profesionales del DEPARTAMENTO DE PERSONAS nos estamos dejando la voz, y también la piel, en transmitir la importancia de ser el nexo de unión entre el trabajador y la empresa, la empresa y el entorno, el entorno y los jefes, los jefes y la cultura organizativa, la cultura organizativa y la estrategia de Recursos Humanos, la estrategia de Recursos Humanos y la fidelización del cliente interno, la fidelización del cliente interno con… y así podría estar todo lo que queda de artículo relacionando aspectos donde TENEMOS CABIDA.

En Equipo Humano, día tras día procuramos dar las claves para que ese nexo sea real consiguiéndolo mediante la transparencia, la confianza, la comunicación y el conocimiento de cada una de las personas que forman parte de cada una de las empresas que nos abren sus puertas. Gracias a todas ellas por creer en las personas y seguir trabajando por y para ellas.