Consultoría & Consultores

Un paso evolutivo: Del Salario Emocional al Sueldo Sentimental.

Recientemente viajaba somnoliento en tren leyendo un artículo sobre las fábricas que se fueron y regresan al calor de la bajada de salarios.

Automáticamente solté por Linkedin la chorrada de turno que “lo llamaron salario emocional porque bajada descarada de costes salariales ya estaba cogido“. Aproveché el rato de trayecto del tren para echar una cabezada y cuando desperté, me percaté que sueño y traqueteo del tren son una mala combinación para ser creativo en Linkedin.

Desde entonces y al albor de toda la literatura que hay alrededor del salario emocional, pienso que ha llegado el momento de dar un paso hacia delante y hacer un planteamiento más serio al tema en cuestión.

Sobre todo, por la forma en cómo se aborda, ya que el exceso de imágenes que acompañan a la idea del salario emocional lo presentan como un producto para personas con un perfil infantilizado, en su gran mayoría poco ajustadas a la realidad.

Diferencia entre salario y sueldo:

Para desarrollar el paso evolutivo de un SALARIO EMOCIONAL a un SUELDO SENTIMENTAL, voy a recurrir al significado y/o etimología de cada una de las palabras que nos permita desgranar este proceso evolutivo.

El término SALARIO tiene sus raíces en la palabra sal. En la época del Imperio Romano, a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con sal, un producto muy valioso y apreciado.

Además de servir para sazonar y evitar la deshidratación, la sal se utilizaba para conservar alimentos, como antiséptico para las heridas y para detener hemorragias.

Esos paquetes de sal recibidos, y que después eran utilizados como moneda de cambio, recibían el nombre de salarium, término que derivó en la palabra salario tal y como la entendemos hoy. Por tanto, el salario es algo soluble al provenir de la sal.

Por otra parte, el origen del sueldo yace en su etimología. En la antigüedad, específicamente en la época del Imperio Romano, Solidus era una moneda de oro acuñada a dicha época, que en buena medida sustituía el denario que era la moneda de plata romana característica de ese entonces y que dio paso a lo que ahora llamamos dinero.

¿Emoción o sentimiento?

Una emoción es una reacción química que se produce en nuestro cerebro como respuesta a un estímulo externo que trae como consecuencia una alteración en nuestro cuerpo. Mientras que un sentimiento es un estado afectivo y que se genera a partir de una emoción.

El sentimiento se produce de manera más consciente ya que las personas podemos elegir mantener ese estado de ánimo por un periodo largo de tiempo a diferencia de la emoción que tiene una corta duración.

Esto quiere decir que debe haber un razonamiento provocado por un pensamiento que hace que la persona lo alimente y llegue a ser algo duradero.

Entonces, si el salario es soluble al provenir de la sal y la emoción una reacción corta en el tiempo, ¿no será más interesante para crear relaciones duraderas abonar un sueldo (sólido) sentimental (consciente y a largo plazo)?

Debido a la reciente evolución del mercado de trabajo, sobre todo en el que se encuentran cuatro generaciones trabajando al mismo tiempo, nos encontramos con estas paradojas que hacen que parezca que las necesidades de las diferentes generaciones entren en conflicto a la hora de preferir cual es el modelo retributivo más apropiado para una organización.

Sin embargo, sin entrar en aspectos modales la propuesta de un SUELDO SENTIMENTAL, como modelo troncal independientemente de las preferencias generacionales estaría basado en:

  1. TRANSPARENCIA en la Relación Laboral. Al inicio, tanto en la formalización contractual (contratos limpios sin referencias ambiguas a cláusulas que lleven a confusión con referencias externas como salario según convenio) y sobre todo dejar clara las expectativas por ambas partes, qué espera la empresa del empleado y qué espera el empleado de la empresa, tanto en su rol como en los resultados.
  2. SALARIO MONETARIO EQUILIBRADO. Un buen salario es aquel que cumple los principios de equidad interna, competitividad externa con el mercado de trabajo y es motivador a título individual.
  3. ESTABILIDAD. Permite a ambas partes realizar planes a largo plazo, tanto a la empresa contar con el empleado para desarrollar un plan estratégico como el empleado contar con la empresa para sus planes vitales.
  4. DESARROLLO PROFESIONAL a través de retos, formación teórica y práctica, claros, concisos y planificados.
  5. DESARROLLO PERSONAL respetando ideales, pensamiento crítico y espacio físico y sobre todo temporal (horarios de salida).

¿Te apuntas al reto de evolucionar el SALARIO EMOCIONAL por un SUELDO SENTIMENTAL?

Carlos Penalva.