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2017 ha llegado a su fin con un insólito récord en turismo: 82 millones de personas cruzaron nuestras fronteras convirtiendo a España en el segundo país, del ranking mundial, que más turistas recibe, según las cifras proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y Turespaña.

Por primera vez en la historia, España ha superado en este ámbito a Estados Unidos, dato que refleja el enorme potencial del sector turístico español. Una industria que, en la actualidad, se enfrenta a una profunda transformación que viene inspirada principalmente por los retos que plantea la irrupción de la tecnología, la aparición de nuevos players (como los pertenecientes a la llamada economía colaborativa) y el cambio en las exigencias del visitante.

El futuro del turismo

El cliente, en el centro de la estrategia

El turismo del futuro es aquel pensado por y para los consumidores. La única manera para alcanzar este grado de conocimiento pleno pasa por analizar qué quiere y cómo quiere el consumidor su experiencia.

En concordancia con el panorama disruptivo, el perfil de consumidor se encuentra en constante cambio. Por esta razón, para atraer y satisfacer al nuevo turista resulta necesario poseer el máximo de información sobre él y posicionarle como el centro único de la estrategia, un concepto denominado como consumer centricity.

Deloitte cuenta con un equipo profesional especializado en ayudar a las empresas turísticas a afrontar e implementar con éxito las diferentes palancas que les llevarán hacia el crecimiento de su rentabilidad.

Según los expertos de la Firma, existen tres palancas claves hacia el aumento de la rentabilidad del sector turístico:

  1. Diferenciación: la transformación actual, sin precedentes, del perfil de turista conduce hacia la diferenciación de la oferta. Las empresas turísticas deben adaptarse al mercado y elaborar propuestas que aporten valor y ofrezcan servicios únicos.
  2. Transformación digital: debe estar sustentada en una estrategia bien definida, que contenga un plan concreto y una hoja de ruta con iniciativas que soporten este conjunto de cambios. Además, la transformación debe llegar hasta los cimientos de la empresa, modificando la cultura corporativa.
  3. Experiencia de cliente: para sacarle el máximo partido, debe contar con un mecanismo de medición y equipos con profundo conocimiento y certificación en las mejores herramientas del mercado de este campo.

La transformación que precisa la industria turística va más allá de un cambio en su imagen. Por supuesto, la renovación del logo y de la página web son pasos imprescindibles, pero no alcanzan resultados sin una transformación más profunda que redefina el posicionamiento y el modelo de relación que quieren establecer con sus clientes, así como el diseño de nuevos servicios enfocados a un nicho determinado. Para alcanzar estos objetivos, Deloitte utiliza las técnicas más avanzadas, entre ellas: Analytics, Big Data, métodos de escucha social y estudios diseñados con técnicas de design thinking para ayudar a definir todos esos puntos.

Un 2018 con perspectivas positivas

En 2017, el 88,7% de las empresas turísticas españolas incrementaron sus resultados respecto a 2016. Concretamente, el incremento medio de los resultados se situó en el +6,3%, según la Encuesta de Confianza de EXCELTUR, gracias a una extendida mejora en los precios de venta y a unas estructuras de costes optimizadas tras los años de crisis.

La industria turística lleva 8 años consecutivos aportando crecimiento a la economía española, en concreto desde 2009, donde alcanzó su punto más bajo. Según la previsión de Exceltur para 2018, el crecimiento anual del PIB turístico (ISTE) será de +0,9 puntos por encima de la media prevista para el conjunto de la economía española (PIB España).

Fuente: Deloitte

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