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La sabiduría convencional dice que los trabajadores mayores son un problema. Cobran mucho, tienen menos energía, se ponen enfermos con mayor facilidad, salen caros de despedir, bloquean el paso a las nuevas generaciones… Sin embargo, un reciente informe sobre el mercado de trabajo de los 34 países de la OCDE, el PwC Golden Age Index, concluye todo lo contrario: cuanto más trabajen los empleados veteranos (de entre 55 y 64 años), más beneficios para la economía (que crece más), para las empresas (por el mayor consumo), para las administraciones (mayores ingresos fiscales) y para ellos mismos (que se mantienen en un mejor estado físico y mental).

El informe se basa en un índice compuesto por múltiples indicadores de empleo, formación y renta (la tasa de ocupación es lo que más pesa), que permiten cuantificar en qué medida los distintos países de la OCDE están aprovechando el potencial de sus trabajadores de mayor edad. Un primer vistazo al ranking resultante (ver tabla adjunta) ya nos da una idea de por dónde van los tiros. Los países que están en la parte superior de la tabla (es decir, los que más rendimiento sacan de ese segmento de la fuerza laboral) suelen ser los más prósperos: los del norte y el centro de Europa, Japón, Corea, Estados Unidos, etc. Mientras, en la parte de abajo se sitúan las economías menos avanzadas del sur y de este de Europa. En ambas tipologías hay excepciones (Luxemburgo está en la penúltima posición, Estonia se sitúa quinta por arriba…), pero hay una correlación clara en esa dirección.

¿España? Pues como nos suele ocurrir en casi todas las estadísticas sobre el mercado laboral, la fotografía sale defectuosa. Ocupamos la posición número 25, y aunque el índice ha mejorado desde 2003, cuando se empezó a hacer el informe, lo ha hecho en menor medida que en el resto de los países. Peor estamos aún en el ranking de empleo de los mayores de 55 años, donde ocupamos la posición número 28, con una tasa de solo el 44%, frente a una media del 58%.

Al margen de las conclusiones comparativas, la principal enseñanza que nos deja el informe es que si consiguiéramos elevar el índice de ocupación de los trabajadores mayores de la OCDE hasta los niveles de Suecia (un 76%), la recompensa en términos de PIB a largo plazo sería extraordinaria: dos billones de euros. Naturalmente, las ganancias mayores se observarían en los países más rezagados, como Grecia (que aumentaría su PIB un 16%), Italia (10,0%) o España (9,9%).

Pero hay más. El estudio también establece una correlación positiva entre el Golden Age Index y la esperanza de vida, el PIB per capita y la tasa de empleo de los trabajadores jóvenes. Simplificando: que los ciudadanos de los países con un índice más alto viven más, son más ricos y tienen menos paro cuando son jóvenes.

Sentado todo esto y vistos los beneficios, ¿qué se puede hacer para mejorar la tasa de empleo de los mayores de 55 años y el Golden Age Index? El estudio propone diversas medidas a adoptar por parte de gobiernos y empresas:

  1. Mejorar su empleabilidad. Las Administraciones Públicas deberían promover la formación a lo largo de toda la vida laboral. En especial, habría que concentrar esfuerzos en las nuevas tecnologías.
  2. Reducir las barreras al empleo. Sería necesario endurecer la legislación contra la discriminación de los trabajadores por razones de edad. Además, otra buena idea es incentivar a las empresas para que fichen y mantengan a los empleados más veteranos.
  3. Establecer condiciones de trabajo flexibles, tanto en términos de horarios como de localización, para adaptarlas al estilo de vida y las preferencias de los trabajadores mayores.

Groucho Marx decía: “Llegar a ser mayor no es un problema, solo hay que vivir lo suficiente”. Ahora también podemos decir que solo hay que trabajar lo suficiente.