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Entendiendo como una compañía global aquella que opera internacionalmente, aquella que no tiene límites o fronteras regionales. La tecnología ha permitido actuar como internacionales a muchas empresas, ha modificado sus patrones de gestión y de negocio. ¿Acaso vamos a permitir perder a un cliente, un proveedor o una oportunidad de negocio por no estar localizado en nuestro territorio? La realidad es que para poder actuar en el mercado mundial, las compañías deberían gestionar los datos de forma global y no optar por delegar la responsabilidad de estas tareas en sus sedes locales.

Los obstáculos asociados al uso de datos globales no están en su almacenamiento, sino en el uso y la distribución de los mismos. Actualmente existen 10.000 lenguas en todo el mundo y hay una terminología específica por país en cuanto a acuerdos de nomenclatura para personas físicas, personas jurídicas, formatos de direcciones, fechas y números se refiere. A esto, debemos añadir aquellos alfabetos que incluyen marcas diacríticas, uso de imágenes o pictogramas. Tampoco hay que olvidar que, el tratamiento de datos y ficheros está regulado en cada país por leyes que varían ostensiblemente.

Existen múltiples problemáticas asociadas a la gestión de datos a nivel global. Algunos ejemplos ilustrativos son el caso de las direcciones (existen más de 131 formatos distintos de direcciones ), los nombres personales ( uno o dos apellidos según el país, mujeres con nombre de soltera o casada…) o los nombres de compañías ( distintas tipología o convenciones: Corp., Inc., S.A., S.L., Ltd…) , que sufren múltiples variaciones o formatos según el país e incluso dentro de un mismo país. Existen problemáticas a nivel de formato (sintáctico) pero también a nivel conceptual o de significado (semántico).

Para poder realizar operaciones de la compañía a nivel global deberemos en primer lugar capturar y consolidar todos los datos que provienen de distintos orígenes e integrarlos en un repositorio común corporativo, lo que se conoce como un “Data Hub”. Sin embargo, el hecho de consolidar múltiples datos hacia un único repositorio no significa que hayamos resuelto los problemas de calidad. Para ello deberemos tener en cuenta los distintos pasos necesarios para gestionar un proceso que garantice la calidad de los datos de manera continua: analizar los datos, limpiarlos y mejorarlos, complementar los datos de los registros, correlacionar y consolidar los datos sobre individuos, grupos familiares, empresas y productos, y gestionarlos de forma eficaz. No se tratan de procesos con inicio y fin, sino que son procesos que deberán monitorizarse de forma continua para su adecuación a las realidades del negocio.

En el mercado existen tecnologías y disciplinas que resuelven estos inconvenientes, adoptando estrategias corporativas en Data Profiling, Data Quality, Data Enrichment, Data Stewardship, Data Matching, Master Data Management y Data Governance.

En muchas ocasiones, este tipo de dificultades están asociadas a proyectos de Data Warehouse, Business Intelligence o Corporate Performance Management, pero la realidad es que este tipo de procesos, deben incorporarse a lo largo del ciclo de vida de los datos, desde las fuentes de datos origen hasta su consumo final.

Sólo entendiendo estas problemáticas y utilizando las disciplinas tecnológicas y metodológicas adecuadas para resolverlas podremos gestionar los datos a nivel corporativo como un valor estratégico para nuestro negocio global.

Autor: Jaume Agut
Ha desarrollado su carrera profesional durante más de 20 años en puestos directivos de multinacionales del sector tecnológico e informático como Siemens-Nixdorf, CCS, Software AG y Powerdata. Como directivo en las áreas comercial y de operaciones en estas empresas ha acumulado gran experiencia sectorial, especialmente en el sector de Administraciones Públicas, Industria, Banca y Sanidad.