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Crecer en un entorno incierto requiere de imaginación. Las empresas, en su estrategia para garantizar el crecimiento ante la creciente competitividad y la necesidad de transformarse apuestan en muchos casos por acometer operaciones que les permitan ampliar su presencia internacional, consolidar la cuota de mercado o innovar en un contexto de mayor competitividad y disrupción tecnológica.

Si los últimos años las empresas han acometido profundas transformaciones, la próxima década requerirá de apuestas firmes por la innovación. No tener miedo a la reinvención. De hecho, el 66% de los CEOs españoles ya muestra una actitud activa más que pasiva ante la disrupción y asegura estar dispuesto a romper con el status quo del sector antes que optar por esperar a que la competencia tome la delantera.

Y, en esta necesidad de buscar alternativas y tomar nuevos caminos, la próxima década vendrá marcada por el aumento exponencial de alternativas de financiación que en la actualidad tienen una presencia reducida en el mercado. Principalmente los fondos de inversión, que han experimentado un importante crecimiento en los últimos años

  • 6 de cada 10 directivos españoles apuestan por la banca tradicional en su financiación
  • 50% peso de los fondos de inversión en la financiación en la próxima década

“La tendencia que observamos es que los fondos van a tener cada vez más peso y los bancos menos, especialmente a través de los préstamos institucionales. El mercado de Term Loan B está muy institucionalizado en el resto de Europa, aunque en la actualidad las compañías españolas no lo conozcan tanto”, explica Noelle Cajigas, socia responsable de Capital Markets de KPMG en España. De hecho, del 95% de financiación ofrecida por los bancos en la actualidad, los expertos apuntan a que en la próxima década pueda reducirse a un 50% al complementarse con los bancos.

Los fondos tendrán cada vez más peso y los bancos menos, especialmente a través de los fondos institucionales
Noelle Cajigas, Socia responsable de Mercado de Capitales de KPMG en España

Flexibilidad y nuevas estructuras

Las causas del crecimiento esperado de esta alternativa de financiación durante la próxima década se pueden observar analizando el entorno actual. Al complejo contexto en el que se encuentran las entidades financieras, con unos bajos tipos de interés y unas exigentes demandas regulatorias, se une la flexibilidad con la que cuentan los fondos de inversión.

Y es que, pese a que la banca tradicional esté fuertemente arraigada en la economía española, con una fuerte penetración territorial a través de las oficinas y una relación de proximidad y cercanía con las empresas que lleva a una tendencia natural de solicitar financiación como primera opción, el sistema financiero afronta su propia tendencia de cambio.

Pero, más allá del contexto del sistema financiero, los expertos destacan las ventajas de acudir al mercado de capitales. “Los fondos pueden realizar estructuras que los bancos no pueden por plazos, exigencias, tiempos de entrega, etc. Son mucho más flexibles y cuentan con una mayor apertura, por lo que las compañías pueden acceder a financiación a largo plazo para poder desarrollar nuevas estrategias de negocio y crecer”, indica Noelle Cajigas.

Además de la flexibilidad del capital privado, es importante poner en valor el creciente conocimiento industrial del sector. “Dependiendo del objetivo y de la situación de cada compañía, disponer de un private equity puede suponer un impulso en la profesionalización, ya que los fondos cuentan con conocimiento de compañías similares y han acometido estrategias que han generado un retorno y valor, lo que compensa pagar múltiplos más elevados”, sostiene Noelle Cajigas.

Si en los próximos años los fondos apuestan por reducir los retornos hacia el 5%, crecerán de forma exponencial
Juan José Legarda, Director en Debt Advisory de KPMG en España

Ampliar la mirada

De hecho, el precio es una de las principales consideraciones de las compañías en la actualidad. Los fondos exigen unos retornos mucho más elevados, entre el 8 y el 10%, por lo que el margen de las entidades continúa siendo elevado. “Si en los próximos años los fondos apuestan por reducir los retornos hacia el 5%, crecerán de forma exponencial, serán más competitivos, especializados y flexibles”, advierte Juan José Legarda, director en Debt Advisory de KPMG en España.

El componente diferencial vendrá de la mano del conocimiento. “En la actualidad numerosas compañías quizá adolecen de cierta desconfianza, desconocen el valor que pueden obtener a través de esta financiación, y quizá haga falta una mayor pedagogía para que visualicen nuevas estructuras, plazos y posibilidades estratégicas. Y con esta visión de otorgar un mayor conocimiento de todas las opciones de disponibles trabajamos los asesores”, afirma Gonzalo Montes.

Es importante que las compañías conozcan nuevas estructuras de financiación, plazos y posibilidades estratégicas
Gonzalo Montes, Socio responsable de Debt Advisory de KPMG en España

Pero, ¿compiten los fondos de inversión con los bancos? Los expertos apuntan a una convivencia en la que se cubren todas las necesidades de las compañías. De este modo, ya se observan operaciones en las que se analizan estructuras con Term Loan A y Term Loan B, lo que permite disponer de un tramo extra de plazo, con una vida media de la deuda más larga y una estructura de capital mucho más sólida.

En este contexto de mayor presencia de los fondos en las necesidades de financiación se sitúa el menor interés de las compañías en la actualidad por estudiar su salida a Bolsa. Dada la variedad de opciones de financiación, determinadas compañías pueden considerar demasiado costosa la estructura a desarrollar. “Es necesario cumplir requisitos regulatorios, de reporting, transparencia, generar volumen… para compañías con un tamaño medio puede ser más interesante explorar otras opciones”, sostiene José María Alonso Capelo, director en Capital Markets de KPMG en España.

Patricia Alfaro