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Para facilitar la transición energética y la transformación del modelo industrial será necesario optimizar los procesos e implementar fuentes de energías renovables.

En el marco del Día Mundial de la Eficiencia Energética, TÜV SÜD, compañía líder internacional en soluciones de alta calidad, seguridad y sostenibilidad, ha analizado el consumo energético de la industria, una de las ramas de actividad con mayor impacto en el medio ambiente. Según la Encuesta de Consumos Energéticos del Instituto Nacional de Estadística, las industrias con mayor consumo son la química, la alimentaria y la metalúrgica, debido a que su actividad y sus complejos y pesados procesos de transformación requieren grandes cantidades de energía. Además, la creciente demanda de productos alimenticios y, en particular, de alimentos ultraprocesados, también ha impulsado el consumo de energía necesario para desarrollar un producto final.

“La sencillez que aporta la electricidad como fuente energética en cuanto a producción, transporte y transformación ha conducido a que sea la energía más utilizada. Además, el coste de generación también es bajo en comparación con otras energías. Durante los últimos 10 años, el precio ha tenido una tendencia ascendente, marcando máximos durante el año 2018, pero desde entonces la evolución es descendente y actualmente, nos encontramos con precios similares a los de 2010”, explica Ángel del Peso, técnico de la Unidad de Energía de TÜV SÜD España.

Aunque la electricidad, el gas y los productos petrolíferos son las fuentes energéticas más utilizadas a nivel industrial, “debido a su alta densidad energética”, aclara el experto, “se puede reducir su consumo mejorando el rendimiento de los procesos e intentando redirigirlos al consumo de electricidad procedente de fuentes de energía renovables. Precisamente, la electricidad producida de manera renovable es el único recurso energético que garantiza la alta eficiencia, el bajo impacto ambiental y un coste lo más reducido posible. Por ejemplo, uno de los cambios más visibles se ha producido en la industria de la movilidad, donde ya estamos viviendo un proceso de electrificación que puede servir como modelo a seguir”.

La energía eólica, una alternativa viable

Solo en 2019 las energías renovables generaron el 38,6% de la energía eléctrica total del país y según el PNIEC, está previsto que en 2030 aporten un 74% de la electricidad. Dentro de las estas fuentes de energía destaca la eólica. “A través de los aerogeneradores, cada vez más grandes y potentes, el viento se transforma en energía eléctrica. Es una fuente de energía especialmente eficiente en cuanto a la generación y con total capacidad para sustituir al carbón o gas natural de las centrales térmicas”, aclara Alberto Santos, experto en Asesoría Técnica de Energía Eólica de TÜV SÜD España.

Para poder controlar el consumo energético será fundamental la medición de los resultados. “Sin datos no vamos a ser capaces de detectar las desviaciones de los procesos y el análisis de este consumo es imprescindible para optimizar las condiciones de contratación. La eficiencia energética va de la mano de la rentabilidad económica, si somos capaces de aumentar el rendimiento de cualquiera de nuestros procesos, repercutirá en un coste menor”, incide el técnico.

En este sentido, los expertos recomiendan implementar instalaciones de autoconsumo, principalmente generadores fotovoltaicos. “Ayuda a las empresas a generar su propia electricidad y a hacerse más independientes energéticamente, no estando tan sujetos a las variaciones de precio de energía eléctrica proveniente de la red. Además, se cumple un principio fundamental de la eficiencia energética que es producir la electricidad cerca del punto de consumo”, añade Santos.

Aunque el Gobierno ha planteado un Plan de Transición Energética, la transformación del modelo industrial abarca muchos campos, más allá del energético, que deberán estar correctamente alineados para reducir su impacto medioambiental. “Reducir la contaminación independientemente de la energía consumida es todo un reto. Solo las fuentes renovables pueden dar una respuesta sostenible a la alta demanda energética de la sociedad”, aclara del Peso.

Cómo minimizar el coste energético de una industria

Desde hace 10 años, TÜV SÜD ofrece una herramienta online que permite el control y seguimiento de los consumos energéticos y sus costes asociados, imprescindible para la mejora continua en la reducción de consumos y la optimización de la factura energética. “La tasa de éxito de Soft Energy es del 100%, ya que en todas las implantaciones realizadas se han conseguido los objetivos propuestos, gestionando más de 50.000 puntos de suministro. Además, un equipo de asesores profesionales garantiza la consecución de los objetivos de reducción de consumo y coste energético”, concluye.