Consultoría & Consultores

La historia y la experiencia demuestran que el espíritu emprendedor no es necesariamente innato y que es posible cultivarlo en cualquier persona con voluntad de serlo y suficientemente motivada. Ni factores internos, ni externos, ni la falta de conocimientos o de experiencia han impedido que muchas personas iniciaran su camino empresarial y que hayan tenido éxitos…y también fracasos.

Cuando vemos un empresario con éxito, que ha promovido una iniciativa empresarial, que ha lanzado una o varias líneas de negocio, que ha apostado por un Proyecto, que ha identificado a los actores que han hecho posible que ese proyecto funcione, crezca y sea rentable, que lo ha revitalizado con el tiempo, que se ha aprovechado de los avances tecnológicos, que ha acertado en las decisiones estratégicas y ha cogido el tren de las oportunidades que le han conducido al éxito,…pocas veces nos paramos a pensar en cómo y por qué ha conseguido todo eso, y por qué no hemos tenido nosotros u otros que conocemos esa suerte.

Pues bien, analicemos algunas de las claves que muchos de esos empresarios con éxito han llevado a cabo desde sus inicios.

Lo primero que hacen es pensar y visualizar solo la victoria y su primera conquista ganada es la de conquistarse a ellos mismos.

Son personas con grandes y fuertes principios que los ponen en práctica en cualquier situación que se les presenta. En bastantes ocasiones ese carácter emprendedor viene de familia en los genes, en el temperamento de la persona que debe conocerse y gestionarse. Pero para conseguir esa personalidad que marca la diferencia emprendedora, hay que cultivar ciertos hábitos, hábitos que son producto de tener claro, lo que se desea (querer hacer algo), la capacidad (descubrir cómo hacerlo) y el esfuerzo y sacrificio (hacer lo que se proponen hasta convertirlo en un hábito) y forme parte del carácter.

También desarrollan tres grandes habilidades: la automotivación, porque deciden con claridad lo que quieren hacer, la proactividad, porque una vez que saben lo que quieren hacer, trabajan muy duro para conseguirlo y el entusiasmo para transmitir alegría, optimismo y pasión en todo lo que dicen y hacen. Los empresarios son personas que hacen lo que dicen, ésta es su gran diferencia. Por el contrario, piensa ahora en la cantidad de personas que conoces o incluso tú mismo, querido lector, que no hacen lo que dicen que van hacer y no dicen lo que van a hacer.

El empresario una vez que detecta una oportunidad, organiza todos los recursos de los que dispone para cubrirla:

  • Fomenta a su alrededor la creatividad y la innovación
  • Es Proactivo y siempre está orientado al resultado
  • Tiene Visión de futuro e instinto
  • Sabe soportar con inteligencia la incertidumbre
  • Por encima de todo, tiene una gran capacidad de Sacrificio
  • Predica con el Ejemplo.

Por desgracia, en algunas culturas, se penaliza a los emprendedores, ya que si tienen éxito, surgen las envidias y si fracasan, se les critica y no se les brinda apoyo para que se levanten. Pero el empresario nato sabe obtener del fracaso su parte positiva y lo aprovecha para aprender a nivel personal para aumentar en madurez y en conocimiento y, a nivel profesional para mejor en la toma de decisiones, el trabajo en equipo, en la delegación y en el aporte de valor añadido para la empresa.

El emprendedor siempre parte de las ideas (no de los problemas) para brindar propuestas (no excusas) y ve siempre soluciones a los problemas (no problemas a las posibles soluciones)

El emprendedor sabe de sus carencias y por ello los que triunfan se rodean de equipos que complementan sus carencias y se rodean de los talentos necesarios para conseguir los retos que se proponen. Y qué cultivan en esos talentos:

  • Las Aptitudes: conocimientos y habilidades innatos o que se adquieren (poder)
  • Las Actitudes: positivismo para actuar (querer)
  • Las Acciones: actuaciones dinámicas y continuas (conseguir)

Si faltan aptitudes, será todo el esfuerzo insuficiente y las reflexiones que en algunas ocasiones se convierten en acciones, solo se quedarán en una buena declaración de buenas intenciones, pues no se llegarán a conseguir los resultados necesarios.

Si faltan actitudes positivas, habrá desmotivación y por consiguiente nunca podrá haber iniciativas productivas, rentables y sostenibles.

Si faltan acciones continuadas, es posible que se consigan cosas, pero en muchas ocasiones será demasiado tarde y la competencia que cada vez hay más y mejor se habrá llevado ese nicho de mercado que deseábamos.

Por ello solo en la intersección de las tres: aptitudes, actitudes y acciones se consiguen los mejores talentos y los mejores resultados.

Como dice Alex Rovira, si quieres ser empresario y rodearte de un buen equipo recuerda que:

  • Puedes obligar a que te oigan pero no a que te escuchen
  • Puedes obligar a que te aplaudan pero no a que se emocionen y entusiasmen
  • Puedes obligar a que te fuercen la sonrisa pero no a reir
  • Puedes obligar a que te elogien pero no a despertar admiración
  • Puedes obligar a que te cuenten un secreto pero no a inspirar confianza
  • Puedes obligar a que te sirvan pero no a que te aprecien afectuosamente

Si consigues que las negaciones se conviertan en afirmaciones tendrás otro gran éxito a tus espaldas. Por ello, quiero compartir contigo, empresario o futuro empresario, algunos de los hábitos que han practicado y siguen practicando, empresarios que han tenido fracasos de los que se han levantado y éxitos empresariales que hemos podido comprobar en nuestras experiencias con ellos, bien en procesos de consultoría, de formación o de coaching.

  • No se preocupan por las cosas que no pueden controlar (no envejecer y que sucesos ya pasados, fuesen diferentes) y sí que hacen algo al respecto de las cosas que sí dependen de ellos y pueden controlar (ser felices, aprender a ser asertivos, desarrollar sus potencialidades, cuidar la salud, trabajar en mejorar lo posible, en ellos mismos y en los demás)
  • Focalizan sus objetivos “realistas” a corto y medio plazo tanto en su vida personal como en la profesional
  • Se preparan lo mejor que pueden para sucesos que saben les pueden ocasionar descontrol.
  • Adaptan su entorno de trabajo para un mayor aprovechamiento de sus tareas: Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. (housekeeping)
  • Tratan de ver las tareas y los contratiempos como desafíos que les permitirán crecer, y no como situaciones amenazadoras.
  • Acostumbran a utilizar una agenda actualizada, donde apuntan todas las actividades, indicando el tiempo que le ocuparán. No apuntan más cosas de las que podrán hacer. Planifican el día nada más comenzarlo o incluso en la noche anterior.
  • Aprenden a medir sus capacidades, y no se violentan intentando hacer algo más allá de sus posibilidades. Evitan “exprimirse” hasta el agotamiento. Extraen lo positivo de los sucesos negativos.
  • Dedica una parte del día a alguna actividad de ocio sin remordimientos
  • Invierten tiempo en la gente que quieren y dedican tiempo para sí mismos, desconectando de las obligaciones profesionales. Durante la semana dedican un espacio temporal para descansar y realizar actividades que les gustan y no tengan ninguna relación con el trabajo.
  • Cada cierto tiempo revisan y profundizan en su escala de valores
  • Practican deporte, si es posible diariamente ya que beneficia su salud cardiovascular y les ayuda a quemar calorías. Sirve como relajante y elimina tensiones.
  • Acostumbran a admitir y a demandar la crítica, así como a expresar honestamente sus puntos de vista. Pide ayuda a las personas de su entorno.
  • A veces dicen No. Resulta imposible complacer a todo el mundo
  • Practican el perdón, la comprensión y la tolerancia como la mejor opción para resolver algunos conflictos.

Algunas reflexiones que los empresarios las convierten en acciones, hábitos y resultados:

“Que tengas suerte y que la inspiración te coja trabajando”

Pablo Picasso

“El éxito es 90% de preparación y 10% de inspiración”

Albert Einstein

“No quisiera caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso. Más bien debo recordar siempre que el fracaso y las equivocaciones son las experiencias que preceden al triunfo”

Gandhi

“El obstáculo más grande: el miedo, la peor derrota: el desaliento”

María Teresa de Calcuta

Carmelo Sierra Sierra. Fundador y director de Sierra Consulting