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Llueve sobre mojado. Elmundo financiero es uno de los más activos y rápidos en adoptar toda innovación tecnológica y aplicarla a su dinámica operativa. La irrupción de las llamadas Fintech, compañías financieras de nuevo cuño nacidas en el mundo online y que comienzan a plantar cara a la banca tradicional, parece haber acelerado este proceso y, en algunos casos, se intentan reproducir sus estrategias con mayor o menor fortuna. Quizás por ello, el propio Foro Económico Mundial ha alertado sobre la posibilidad de que esta nueva era de la banca digital puede suponer para las entidades más clásicas el mayor impacto sufrido en las últimas décadas.
Avances, como la inteligencia artificial aplicada a las prácticas financieras, centran hoy muchos debates en este sector que no sólo está experimentando desde el punto de vista técnico, sino que se ha planteado abiertamente una revisión total de su forma de hacer negocio y en su futuro más inmediato.
Una transformación digital que parte de una mentalidad abierta a los cambios, propia de esta actividad, pero que se aterrice en una revisión total de los procesos internos de las entidades, apoyado en innovadoras funcionalidades.
Bien es cierto que es preciso tomar decisiones estratégicas, que partan de un análisis exhaustivo de nuevos fenómenos, como Blockchain y Bitcoin, pero de otras más cercanas, como el pago vía móvil o las transacciones “Peer to Peer”. Y, sobre todo, aprovechar el enorme caudal de información que proporcionan los dispositivosy las aplicaciones sobre las transacciones que realiza el cliente, para tomar decisiones.
La Inteligencia Artificial es una de las alternativas más en boga en nuestros días. Aunque aún se encuentra dando sus primeros pasos, esta disciplina puede resultar muy útil a la banca. Con su ayuda, se podrán definir nuevos modelos operativos y dinámicas competitivas que, en opinión del Foro Económico Mundial, favorecerán a los grandes jugadores del sector y tendrán un fuerte impacto en la estructura de las organizaciones y en la atención que prestan a los clientes.
Entre ellos, una mayor personalización, más velocidad en las relaciones, mejores servicios de asesoramiento, soluciones colaborativas o el aprovechamiento de los datos. Pero, pese a todo, el documento, realizado a partir de la opinión de varios expertos en diversas especialidades, establece que la IA abre un nuevo campo de batalla para conseguir la fidelidad de los clientes, al introducir, entre otras cosas, nuevas formas de relacionarse con ellos. Otra de las posibilidades de estos avances tecnológicos, en un sector tan tradicional y arraigado en la sociedad, es que permitirá “automatizar parte de la vida financiera de los clientes”, mejorando, a su vez, sus resultados económicos.
Un potencial -recoge el informe- que favorecerá la irrupción de servicios basados en el aprendizaje automático, alojados en la nube y orientados a mejorar la experiencia del cliente.
La IA, alerta el propio informe del Foro, exigirá un continuo análisis colaborativo de las técnicas de supervisión de cada entidad, al rebufo de las normativas que vendrán implantadas por los reguladores en la materia. Sin mencionar sus posibles implicaciones en las prácticas inversoras o en la actividad bursátil. Todo un mar de cambios que irán llegando al mundo financiero y que planteará nuevos desafíos también en cuanto a seguridad de las transacciones y los operadores que intervengan en ellas, tanto a nivel nacional como internacional. Un enorme tsunami de incalculables consecuencias para el mundo de las finanzas que será responsable de la supervivencia de las entidades.