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Ahora es posible alcanzar el éxito en la gestión empresarial, a la vez que se instaura una cultura preventiva real y eficaz.

En el ámbito de la Prevención de Riesgos Laborales se le otorga mucha importancia a cómo conseguir establecer un sistema preventivo coordinado e integrado dentro de la propia estructura empresarial y que, al mismo tiempo, también resulte eficaz.

La mayoría de empresas conciben la PRL como un gasto, sin pensar en que realmente es una inversión que juega a favor de la propia entidad, y de la cual puede extraer numerosos beneficios. A modo de ejemplo, aquella empresa que articula un sistema preventivo fuerte y cohesionado, integrado en la organización, consigue mejorar la seguridad y la salud de todas las personas trabajadoras, lo que se traduce en menores tasas de absentismo y presentismo laboral, reducción de los accidentes laborales y aparición de enfermedades profesionales, con los consiguientes gastos que todo ello acarrea. Además, se mejoran las condiciones laborales, lo que propicia que los trabajadores dispongan de una mayor motivación para el desempeño de las tareas asignadas, aumentando la productividad y competitividad de la empresa.

Así pues, las ventajas que cualquier entidad puede obtener gracias a disponer de una estructura preventiva integrada en el propio sistema de gestión de la empresa, no se limitan únicamente al sector preventivo, sino que van mucho más allá, incidiendo directamente en el correcto funcionamiento organizativo y económico de la organización. Ahora bien, no cualquier sistema preventivo va a conseguir ofrecer esos resultados.

Para que la PRL pueda transformar el sistema de gestión tradicional de la empresa, hasta alcanzar la excelencia empresarial, es necesario que concurran una serie de factores:

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