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Cuando Amazon,Berkshire Hathaway y JP Morgan Chase anunciaron su alianza, a principios de 2018, llamaron la atención de mucha gente. Las tres empresas, gigantes en sus respectivos sectores de actividad, decidieron compartir recursos y trabajar juntas. El objetivo: crear una compañía de salud para reducir los costes de los seguros sanitarios de sus empleados [en EEUU] y mejorar el servicio al paciente.

Las asociaciones -en inglés, partnerships-, entre compañías se vienen produciendo desde hace mucho tiempo en el entorno empresarial y de formas muy diversas, lo que incluye a las alianzas estratégicas y las joint ventures. El acuerdo de Amazon, Berkshire y JP Morgan es una muestra de cómo las empresas están llevando este tipo de asociaciones más allá de los límites tradicionales, para responder a los desafíos que plantean la disrupción tecnológica, la incertidumbre geopolítica, el exceso de regulación y los cambios demográficos. La meta es, a menudo, juntar el expertise y conocimiento para expandir el alcance de las compañías, impulsar su crecimiento y enfrentarse a la competencia creciente. Un buen ejemplo es el de Toyota, que ha invertido más de cinco millones de dólares en una joint venture con Microsoft, para utilizar la plataforma de cloud computing de la tecnológica e impulsar los servicios relacionados con el coche conectado. Startbucks y Nestlé cerraron también una alianza, en agosto de 2018, por la que la empresa suiza venderá el café de Starbucks en distintos mercados alrededor del mundo.

Después de ver estos y otros partnerships, una cosa parece estar clara: pocas empresas pueden permitirse el lujo de seguir con las operaciones y los acuerdos de toda la vida si quieren seguir teniendo éxito y responder al actual entorno de disrupción y riesgo. Las fronteras entre los distintos sectores e industrias se están difuminando. Los consumidores esperan que los productos y los servicios estén cada vez más interconectados y las empresas buscan que sus cadenas de suministro sean más eficientes y efectivas.

¿Por qué un partnership?

Un reciente análisis de PwC realizado a partir de los datos extraídos de alianzas y joint ventures durante más de un cuarto de siglo, demuestra que estamos en un momento de auge. El número total de alianzas y joint ventures ha crecido en los últimos dos años y se encuentra, ahora, en su nivel más alto desde el inicio del siglo.

Una alianza estratégica es un acuerdo entre organizaciones independientes para compartir recursos, conocimiento y otros activos. Los aliados coordinan sus esfuerzos para conseguir un beneficio mutuo, al tiempo que mantienen su autonomía. Cada compañía gana una oportunidad de negocio como, por ejemplo, puede ser aumentar eficiencia, entrar mercados nuevos, incrementar la cuota de mercado...

Las joint ventures van más allá: las empresas comparten sus recursos para crear una unidad de negocio separada. Suelen ser compañías que, habitualmente, comparten recursos con sus padres. Y que, normalmente, exigen una mayor involucración y son más complejas de gestionar que las alianzas estratégicas.

La fusiones y adquisiciones siguen siendo la forma más común de impulsar el crecimiento inorgánico en las empresas. Pero las alianzas y joint ventures suponen una forma alternativa para reforzar sus activos internos y sus capacidades, y de acceder a nuevos recursos -como canales de distribución, bienes de capital, propiedad intelectual-, haciendo una menor inversión y con menor riesgo que la clásica operación de M&A.

Nuestro análisis muestra que el uso de las alianzas y joint ventures varía por sector. Desde 1990, las industrias más intensivas en activos pesados han preferido las joint ventures a la alianzas porque la creación de una nueva estructura separada permite a los socios gestionar mejor sus inversiones. Estamos hablando de empresas industriales, de distribución y consumo, de automoción y de energía.

Sin embargo, la alianzas han sido elegidas por sectores intensivos en información, como son los de IT, las farmacéuticas, y las compañías de entretenimiento y medios de comunicación. En estos ámbitos, la mejor forma de gestionar el flujo de información ha sido a través de estructuras contractuales que no requieren una propiedad conjunta de activos físicos. El sector de IT ha sido el que más alianzas ha cerrado y, después, el farmacéutico.

Las empresas también están utilizando las alianzas y joint ventures para crecer fuera de sus mercados de origen. Al contrario que las M&A, este tipo de operaciones permiten a las compañías adquirir experiencia en un mercado particular antes de realizar una inversión mayor.

Alianzas entre empresas de distintos sectores

Quizás, el mayor potencial para las alianzas y joint ventures vendrán de las asociaciones entre empresas de diferentes sectores, como la mencionada de Amazon, Berkshire y JP Morgan. Para algunas empresas, comprar una compañía en una sector de actividad diferente al suyo puede ser demasiado. Una alianza, sin embargo, te puede servir para probar sin mayor exposición. Es una forma de abrir la puerta a nuevas oportunidades de negocio. Si la apuesta no funciona siempre se puede cancelar el acuerdo en lugar de tener que cargar el resto de tus días con una compra que no te satisface.

Las alianzas entre empresas de distintos sectores están creciendo de forma más pronunciada que las compras y fusiones entre este tipo de compañías. Desde 2010, seis de cada diez alianzas y joint ventures son entre empresas de diferentes industrias. En el caso de las fusiones y adquisiciones, estamos hablando de cuatro de cada diez. Las mayorías de la iniciativas de colaboración están relacionadas con la necesidad que tienen empresas tradicionales de sacar mayor partido de las nuevas tecnologías o de reaccionar ante los restos que estas les presentan. Esto es lo que lleva, por ejemplo, a las compañías de coches a aliarse con las de software, a las de medios con las de comunicaciones y a muchas otras a buscar formas de aprender y explotar el análisis de datos.

Pero igual que es posible cerrar una alianza y que esta se mantenga como tal, a lo largo del tiempo. También es posible que esta evolucione hacia otro tipo de partnership que acabe, incluso, en una fusión o en una adquisición. En muchos casos, la estrategia de crecimiento inorgánico de las empresas incluye un mix de operaciones, cada una de ellas con un grado de inversión y con un nivel de riesgo distinto.

La capacidad de este tipo de operaciones para evolucionar puede ser especialmente productivo cuando una empresa quiere entrar en un nuevo sector y mercado geográfico. Podemos empezar con una alianza y, después, multiplicar nuestra apuesta y explorar la compra o incluso una fusión.

Este es el caso que protagonizó Walt Disney para entrar en el mercado de las película animadas por ordenador. Pixar era una empresa independiente cuando alcanzó su acuerdo con Walt Disney, en 1991, para producir este tipo de películas. La primera, Toy Story, se lanzó en 1995, y Pixar salió a bolsa ese mismo año. Las dos empresas siguieron trabajando juntos y, aunque la relación fue difícil en ocasiones, Disney acabó por comprar Pixar por 7.400 millones de dólares.

Una alianza puede ser la punta del iceberg, cuando estamos buscando nuevas áreas de crecimiento. Las altas valoraciones de las empresas han puesto a prueba, en muchas ocasiones, la voluntad de muchas compañías de acometer compras, por el temor a no conseguir un retorno de la inversión suficiente. Pero las alianzas y joint ventures han probado ser una alternativa para acceder a nuevos mercados en el corto plazo y mantener la puerta abierta sin, con el tiempo, la cosa se pone interesante.

Cualquiera que sea el tipo de partnership, su éxito depende de la confianza y de la buena gestión. La confianza ayuda a las partes a plantearse objetivos a largo plazo, al tiempo que van consiguiendo pequeños logros por el camino. Las empresas que mejor gestionan las alianzas son aquellas que diseñan acuerdos flexibles, bien planificados y aquilatados presupuestariamente, y que tienen fuertes procesos de gobierno. Cuando los socios trabajan para llegar a acuerdos, colaborar y ser responsables, las alianzas y joint ventures triunfan.