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La COVID-19 ha puesto a prueba a las Mutuas, quienes han tenido que gestionar un número creciente de prestaciones y adaptar sus sistemas en poco tiempo. Averigua cómo se puede obtener información sólida para la toma de decisiones con un adecuado sistema integrado de gestión para mutuas.

En esta entrada de nuestro blog tecnológico, vamos a abordar cómo se ha redefinido el sector de las mutuas tras el impacto de la pandemia, los retos que se presentan en el futuro cercano y cómo abordarlos con la transformación digital para convertirse en líderes del sector.

Sistemas agiles de gestión de prestaciones en mutuas en la época COVID-19

Las Mutuas Colaboradoras de la Seguridad Social son entidades volcadas en la prevención de accidentes de trabajo, en la asistencia de sus mutualistas y focalizadas en la gestión de prestaciones del sistema de la Seguridad Social y por definición disponen y requieren de un sistema integrado de gestión que les permitan el tratamiento de un gran volumen de datos.

La gestión del pago de prestaciones requiere un buen control desde el principio de la asistencia al mutualista en los propios centros o entidades, así como en la gestión con los proveedores externos y en el creciente nivel de detalle que permita a los gestores de las Mutuas dictaminar qué costes son de cada mutualista, cuáles se deben gestionar y cuáles no.

La COVID-19 ha puesto a prueba a las Mutuas, porque a estas dificultades de origen se les ha sumado un año difícil de pandemia, donde han tenido que gestionar un número creciente de prestaciones, adaptar sus sistemas en un corto espacio de tiempo y hacerlo de forma transparente y ágil para la cadena de suministro.

Un campo competencial creciente para las mutuas

El mutualismo de accidentes de trabajo tiene cerca de 120 años de existencia en España, es un sector en continua evolución y adaptación a los tiempos y es palanca de aplicación de las políticas públicas de trabajo de los diferentes gobiernos de distinto signo.

En los últimos 30 años, diferentes reformas han incorporado la cobertura de contingencias profesionales (1994), prestaciones por incapacidad temporal para contingencias comunes (1996), servicios de prevención de riesgos laborales (1997), evolución en el tratamiento de autónomos (1998-2004), prestaciones por riesgo durante el embarazo y la lactancia (2007), el cese por actividad de trabajadores por cuenta propia (2010) y la reducción de jornadas de trabajo (2011).

El año 2020 también se ha visto afectado por la COVID-19 debiendo gestionar las Mutuas Colaboradoras el pago de prestaciones aprobadas a tal efecto y que han supuesto un gran volumen adicional que ha causado tensión en los sistemas de las Mutas.

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