Es posiblemente la palabra de moda. Agile. Cursos, conferencias, charlas, coloquios, etc., intentan difundir por todos los medios que la metodología “Agile” es necesaria en el mundo que disfrutamos.
En primera instancia se utiliza para el desarrollo de software, pero poco a poco se ha introducido en todos los sectores con nombres diferentes y quizás procesos parecidos, pero sin dejar de lado el núcleo duro a nivel de procesos y filosofía de lo que es “agile”.
Pero, ¿es posible aplicar estos principios a la Gestión de Personas?. Miremos cómo lo podemos hacer. Nos basaremos en los principios de la metodología y los aplicaremos al entorno de los recursos humanos.
Yo iría un poco más allá, sus necesidades más subconscientes que hay que descubrir conjuntamente. En muchas ocasiones el cliente quiere una “cosa” pero no sabe describirla de una manera tangible y hay que trabajar conjuntamente con él/ella para poder determinarla de forma tangible.
En el área de gestión de personas podemos estar hablando del cliente interno, y conocer cuáles son las expectativas de las personas que trabajan en la propia organización para poder establecer actuaciones que vayan destinadas a descubrir en un primer momento sus necesidades y posteriormente poner en marcha acciones para satisfacer algunas de ellas siempre teniendo en cuenta las expectativas que tienen de la propia organización.
En gestión de personas, debemos tener nuestro cuaderno de lecciones aprendidas para saber cuáles son los resultados del lanzamiento de una iniciativa y poder corregir para la misma o las siguientes.
Es un aprendizaje continuo. Pero todo debe estar recogido en nuestro cuaderno para obtener conclusiones. Diseña tu cuaderno teniendo en cuenta que las personas deben aceptar el cambio como algo natural, como una oportunidad y no como una amenaza.
Para ello se debe disponer de un plan de formación orientado a la mejora desde el propio cambio. Las personas debemos tener un rumbo, una estrategia, pero también la capacidad para cambiar en cierta forma en función de las necesidades que la empresa tenga. De ahí, que debemos tener una actitud hacia el cambio positiva.
Quizás no con tanta intensidad pues las acciones en recursos humanos tienen un camino más largo pero si darnos un pequeño tiempo para medir, corregir, y de esta forma cambiar algunos aspectos que estemos poniendo en marcha.
Esto nos dará la oportunidad de cambiar aspectos no tenidos en cuenta y sobre todo celebrar éxitos a corto plazo que reforzarán al equipo en el esfuerzo realizado. Sino medimos no sabemos si lo que estamos haciendo va en el camino que deseamos o que hemos determinado.
Responsabilizarse de su propio trabajo y conocer las consecuencias positivas y negativas que tienen sobre el resto de compañeros/as sus comportamientos y acciones.
No procedimientos que regulen absolutamente todo el proceder de la persona y del proyecto, sino marcar hitos simples y expresar las acciones de una forma cercana y sincera.
Cuando digo desea, es que debemos llegar al cliente tanto interno como externo pero en su lado emocional. Una vez mostrado lo diseñado, debemos prototipar de nuevo para acercarnos lo máximo a sus necesidades. Esto a nivel interno de gestión de personas es tan fácil como preguntar, preguntar y preguntar, escuchando cualquier mínimo detalle.
Cliente interno, procesos, empatizar, ser cercano al cliente, diseñar para mostrar y prototipar con el objeto de adaptarlo más aún, serían algunas de las claves a llevar a cabo para utilizar “Agile” en la gestión de personas.
No lo dudes, ponlo en práctica y verás los resultados.
Jose Enrique García, Director General de Equipo Humano.