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El Chelsea de Mourinho ha sido descabalgado de la Champions y unos días después pierde prácticamente todas las opciones de ganar la Liga Inglesa que al parecer tiene muchas posibilidades de ganarla el Manchester de Pellegrini.

Todavía recuerdo como “The Special One” al poco de llegar al Madrid, ninguneaba a Pellegrini diciendo algo así como que él, el día que se fuera del Madrid, iría a un gran equipo y no, como Pellegrini, a un Málaga cualquiera.

En los dos últimos años, el gran entrenador “especial”, no ha conseguido ningún triunfo, a pesar de haber estado al frente de dos de los mejores equipos de Europa. Sin embargo, sigue siendo el “special one”, todo el mundo sigue hablando de él y se le sigue considerando (o se sigue vendiendo) como el mejor entrenador del mundo (¿quizá de la historia?). No en vano ya dijo Guardiola, de él, que era “… el p… amo” (de las ruedas de prensa, no de los campos de fútbol).

Frente a tanto éxito mediático, el Señor Ancelotti, muy discreta y calladamente, se ha hecho con una Copa del Rey y ha llegado a una final de Champions (lo que no consiguió Mourinho en tres años). Además tiene algunas posibilidades de ganar la Liga. Si así fuera, habría conseguido en un año, prácticamente lo mismo (o más) que The Special One en tres.

Pero seguimos hablando de Mou y seguimos viviendo los “éxitos” de Mou. En el Madrid todavía hay muchos aficionados que lo reclaman y no es de extrañar. Cada vez que se perdía un partido había una explicación: el árbitro (¿recuerdan ustedes el famoso ¿porqué? ¿porqué? del señor Mou?; ojo, en un club que, históricamente, jamás criticó la labor arbitral), el campo, el calendario de encuentros, los propios jugadores…

¿Cuántos Mourinhos hay en las empresas? Técnicos, mandos e incluso directivos que han conseguido generar la imagen de ser excelentes en su ámbito, de estar muy por encima de sus semejantes, de ser “special one” pero que analizando los datos de rendimiento / rentabilidad objetivamente no han conseguido lo que un Ancelotti o un Pellegrini.

En toda gran empresa, por el mero hecho de ser grande, por pura estadística hay algunos Mous y muchos silenciosos/eficaces. En esas grandes empresas suele triunfar (ascensos, promociones, cursos, planes de carrera, subidas de sueldo…) el p… amo de las ruedas de prensa, no el del campo.

Lo peor no es eso. Es inevitable la existencia de Mous como es lógica la existencia de docenas de técnicos, mandos y directivos que calladamente consiguen los resultados previstos.

Lo peor es ¡cuánto tonti-directivo cree a pies juntillas las excelencias de su Mou y menosprecia la labor callada y rentable de sus técnicos silenciosos!

¿Cómo es posible que en una empresa que tiene el criterio del resultado como el factor clave exista eso? La misma pregunta hago con el fútbol: ¿cómo es posible que un entrenador que consigue resultados mediocres pueda apartar al que, posiblemente en aquel entonces, fuera mejor portero del mundo? Y se lo toleraron.

¿Magia? ¿Seducción? ¿Encanto (“charming”)? No es difícil imaginarse una entrevista de Evaluación del Desempeño del tonti-directivo y su Mou. No hay que olvidar que, éste, es un especialista en explicar por qué el resultado no es el previsto (el árbitro, el campo, el calendario, el equipo –“estoy rodeado de inútiles”-).

Mire su empresa. Analícela. Compruebe quién consigue los resultados, sin hablar, y quién los explica. Quién se lleva las medallas y quién las pedradas, independientemente de lo que haya hecho cada uno para merecerlas.

Aunque posiblemente no haga falta todo eso. Seguramente ya lo sabe: en los tiempos que estamos viviendo con ERES y pocas contrataciones… ¿quién ha sobrevivido en su empresa? ¿Mou o el silencioso?

Doble contra sencillo a que ha sido Mou.

Iñaki Pérez. Socio Director - iperez@dir2.es