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Si eres un directivo, jefe, o empleado de cualquier organización que genera beneficios, tienes un 98% de probabilidades de haber elegido quejarte continuamente de no disponer del tiempo suficiente para realizar todas las tareas que quieres o tienes que hacer.

“No tengo tiempo” es la excusa ubicua y victimista que utilizas para intentar justificar lo que realmente no necesitas justificar.

Excusa

Según la RAE, excusa es el motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión.

La escandalosa e inútil frecuencia en la utilización de esta excusa tiene como causa principal la prevalencia de la creencia limitante que podrías expresar como “he de ser capaz de hacer todo lo que creo, quiero o me dicen que tengo que hacer”.

Es una creencia limitante porque genera un nivel de estrés y frustración gratuita e intolerable. Dar lo mejor de ti mismo -incluyendo la famosa extra-mile- y volver a casa, un día sí y otro también, con una pesada mochila de tareas pendientes que no has sido capaz de completar, no parece una creencia inteligente y mucho menos poderosa.

Te invito a diseñar una creencia que desarrolle tu poder (empowerment), que sustituya a la anterior limitante y que podrías expresar, por ejemplo, como “no me pagan para hacerlo todo, porque es imposible, sino para identificar las tareas que aportan más valor (a la cuenta de resultados), asegurar que caben en mi agenda y ejecutarlas eficazmente”.

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