En un contexto como el actual, tan cambiante y dinámico, la formación continua es casi tan necesaria como deseable. Con todo, el tiempo siempre juega en contra para casi todo, por lo que construir itinerarios formativos personalizados a través de píldoras e-learning o microlearnings es una opción a tener en cuenta para facilitar el reciclaje y refuerzo de las habilidades y conocimientos de las personas.
Una de las grandes preocupaciones de las empresas es contar con plantillas que sean competitivas ante los diferentes cambios que se van presentando en su sector. La inversión en formación, por tanto, ya no es algo que preocupe solo a unos pocos, y por ello tanto empleados como responsables y gerentes han tomado consciencia de la importancia de formarse para crecer profesionalmente, más allá de formarse inicialmente para obtener un empleo.
A lo largo de nuestra vida profesional, la necesidad de adaptarse y crecer es constante y constituye uno de los mayores esfuerzos -y mejores inversiones- que tanto empresas como trabajadores podemos hacer.
Pensemos por un momento en los objetivos que cada persona se marca al principio de año. Si se analiza en profundidad, un elevado porcentaje de las metas que establecemos se basa en la adquisición de nuevos hábitos. Existe cierta variación en el tiempo, pero hay estudios que sitúan entre los 18 y 254 días la consolidación de un nuevo hábito en una persona. El éxito radica en la repetición y en implantarlo poco a poco.
Afianzar nuevos conocimientos reside en esta misma premisa. Dedicar un pequeño tiempo cada día a formarse en un área permite que la información se absorba de manera sencilla y motiva a la persona a continuar, dado que no supone una gran inversión de tiempo y esfuerzo. La continuidad en el aprendizaje mediante píldoras formativas, por tanto, hace que estos nuevos conocimientos se consoliden mucho mejor en la memoria.
Así, aplicado al ámbito laboral, se pueden ir cubriendo necesidades específicas de formación a través de pequeñas píldoras que, en su conjunto, componen un itinerario formativo que fomenta el crecimiento de los trabajadores en su puesto de trabajo.
El itinerario formativo en el ámbito laboral consiste en una estrategia a largo plazo, plasmada en una ruta, que se compone de una serie de actividades académicas y formativas cuyo objetivo es la mejora de la capacitación de los empleados en una o varias áreas. Lo que se busca con ello es la mejora continua de los trabajadores, bien sea reforzando ciertas habilidades para su puesto o adquiriendo competencias específicas. Con esto se persigue incrementar la competitividad de la organización en el mercado y fomentar el crecimiento profesional de los empleados.
La clave de este tipo de formación es la concreción de las competencias, habilidades o conocimientos que vamos a adquirir. En contraposición con formaciones más extensas, lo que se busca es solucionar un gap o brecha específica de conocimientos.
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