Se denomina de muchas formas, employee experiencia, ruta del empleado, employee work experiencia, viaje del empleado, etc. Todas ellas hacen referencia al mismo concepto: cómo queremos que nuestros empleados vivan, piensen, sientan la empresa de una forma continuada, desde que entran en contacto con nosotros hasta que se incorporan y hasta que finalizan el proyecto con la empresa. Abarca todo el recorrido de la persona por la empresa y resulta estratégico para las áreas de gestión de personas.
No se trata de una moda, de una tendencia; se trata -al igual que la digitalización- de una necesidad para atraer y fidelizar a los mejores profesionales en nuestras organizaciones.
No está de más recordar que las empresas deben tener la conciencia que deben poner en el centro de las organizaciones a las personas, para de esta forma crecer, sirviendo de palanca de crecimiento de los modelos de negocio y teniendo una visión a medio y largo plazo.
Si la experiencia que tiene un empleado es satisfactoria, esto hará que se impregne no solo dentro de la empresa, sino también fuera, y servirán de embajadores de la marca para clientes, proveedores, y por supuesto potenciales aspirantes a participar de nuestra empresa.
Por eso resulta fundamental disponer de una metodología adecuada que garantice que esto ocurrirá en el porcentaje más alto de empleados.
Yo siempre digo que si cuidas a tus empleados, éstos cuidaran de tus clientes, aspecto fundamental para la sostenibilidad de la empresa y de su crecimiento.
Antes de comenzar a crear el mapa de experiencia de empleado, debemos responder a varias preguntas:
A partir de aquí, puedo empezar a diseñar ese mapa de experiencia de empleado y establecer un plan de acción que sea proactivo, nunca reactivo. Debemos ser ágiles, rápidos y ponernos manos a la obra.
Pues, en primer lugar distinguimos el nivel interno del nivel externo, aunque posteriormente interectuarán de forma simultanea.
A nivel externo, debemos ser capaces de conocer cómo queremos ser percibidos por los aspirantes a las posiciones y para ello debemos construir “piezas de marketing” que reflejen de una forma fehaciente qué somos, qué hacemos y qué buscamos. Es mejor que no se mienta, pues posteriormente todo se volverá en contra nuestra.
Una técnica es buscar embajadores de la empresa que cuenten en primera persona cuál es su propia experiencia como empleados y llevarlo a todos los medios de difusión que podamos para dar a conocer desde el propio empleado cómo somos y cómo actuamos. Dar a conocer al exterior todas las actuaciones que realizamos para cuidar la experiencia del empleado, y para ello creamos nuestro cuaderno de buenas practicas de gestión de personas.
Posteriomente, la selección de personal debe ser un reflejo exacto de la empresa. Ya no sirven las típicas entrevistas individuales donde se pregunta sobre sus puntos fuertes y débiles, se debe buscar un proceso de selección que sea acorde a los valores y cultura de la empresa.
En la infografía siguiente aparece el proceso que se lleva a cabo desde Equipo Humano para crear lo que llamamos “El Viaje del Empleado”.
Debemos considerar algunos puntos fundamentales para que ese viaje sea satisfactorio, entre otros podemos destacar:
En conclusión, si en verdad queremos tener personas con talento en nuestras organizaciones, debemos diseñar su viaje para que cada momento de la verdad de ese viaje se convierta en una experiencia que promueva “seguir viajando” con nosotros, con metodología, verdad y convencimiento de que el éxito de los negocios pasa por poner a las personas en el centro.
José Enrique Garcia, Director General Equipo Humano.